HOMBRE Y CIENCIA

Análisis de diversos aspectos sociales, culturales y económicos bajo el enfoque antropológico.

Aporte de la Antropología al proceso administrativo y al desarrollo gerencial.

Metodología de la investigación

Proyecto de Investigación: pasos y procesos para la elaboración de un Proyecto de Investigación.

Desarrollo evolutivo del hombre

Desarrollo evolutivo del hombre
Desarrollo del proceso evolutivo del Hombre

jueves, 16 de julio de 2009

ADAPTANDOSE AL CAMBIO CLIMATICO

Por considerar de gran importancia me permito reproducir el presente artículo publicado en el Periódico EL MUNDO de la ciudad de Medellín.

Adaptándose al cambio climático
Autor: Carlos Mauricio Jaramillo Galvis

Dicen los holandeses que su mayor preocupación, a lo largo de la historia del país, pues una cuarta parte de su territorio está por debajo del nivel del mar. No es de extrañar, pues, que dediquen sus mayores esfuerzos a la lucha contra el cambio climático, tanto a su adaptación como a la mitigación de éste y, para lograrlo, además del ahorro energético y el desarrollo de las energías renovables, están trabajando en tecnologías de punta en la lucha contra el cambio climático. Son entre otros, proyectos tan novedosos como la energía geotérmica, la producción de microalgas para biodiesel, la generación de gas natural o sus investigaciones sobre captura y almacenamiento de CO2, que despiertan gran en muchos países del mundo.
Holanda es uno de los países más pequeños del mundo, con una superficie de 41.864 km2 y 16 millones de habitantes. Sin embargo, este país ocupa el sexto lugar en las listas mundiales de exportadores e inversores. Es un país muy llano y muy sorprendente, entre otras cosas porque una cuarta parte de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar. Debido a esta configuración territorial, según varios estudios, podría ser uno de los países que más podría sufrir con el problema del cambio climático. Según un estudio de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, las diez ciudades con mayor riesgo, en términos económicos, se encuentran en Holanda, Estados Unidos y Japón. Para mitigar esos riesgos, los holandeses adelantan serios estudios en materia ambiental con resultados exitosos y sorprendentes y para la muestra dos botones: Las algas son organismos vegetales que crecen en el mar, en el agua dulce y en lugares húmedos han sido objeto de estudio por parte de Algaelink una empresa anclada en Roosendaal que ha estudiado el crecimiento de estos microorganismos y ha inventado una tecnología basada en el mismo proceso que la naturaleza lleva haciendo desde el comienzo de la vida. El fotobiorreactor de Algaelink ha mejorado y acelerado la fotosíntesis natural, y puede fabricar algas a tal velocidad, que casi se pueden ver crecer porque estas se duplican cada 24 horas. Su crecimiento es tan rápido que el gasto de energía para producirlas es comparativamente muy bajo. Las algas así conseguidas pueden convertirse en biodiesel sin generar los problemas que se están creando y que ha generado un gran debate mundial sobre la sostenibilidad de estos cultivos para producir biocarburantes. Las algas, por el contrario, pueden crecer en áreas donde no hay cultivos y esto supone una nueva generación de biodiesel sostenible. Además, las algas en su desarrollo absorben CO2 y son alimento para los seres humanos y el ganado por su alto contenido en proteínas, minerales y vitaminas. Para crecer, las algas necesitan sólo agua y CO2. Por debajo de quince grados de temperatura el grado de crecimiento es bajo, así que necesita la temperatura ideal está entre 15 y 25 grados. Cada kilo de algas consume para su crecimiento entre 2 y 3 kilos de CO2 así que las algas son el mejor sistema de captura y almacenamiento de este gas. Este hecho abre una gran cantidad de posibilidades como por ejemplo, la instalación de granjas de algas al lado de fábricas. La fábrica puede ceder su CO2 a esa granja de algas y así se solucionan dos problemas a la vez. Las algas crecen y a la vez produces energía y reducen las emisiones de CO2. Por otra parte en la localidad holandesa de Heerlen, que fue durante muchos años una de las zonas mineras más activas del país y que tuvo una concentración de 14 minas de carbón, las cuales se fueron cerrando gradualmente, creándose en la ciudad un grave problema social de paro y una ciudad medioambientalmente muy degradada. Los responsables del Gobierno de la ciudad, en cooperación con otros seis socios, decidieron poner en marcha en 2005, un proyecto revolucionario, la Mina de Agua, consistente en dejar inundar las viejas minas y utilizar esas aguas para proveer de agua caliente y fría, para calefacción y aire acondicionado a las casas vecinas. Hoy es sólo un pequeño proyecto que abastece a unas 200 viviendas en los alrededores de las viejas minas, pero en unos años se espera que una gran parte de la red de calefacción de la ciudad se nutra de este novedoso sistema de energía geotérmica. El proyecto de la Mina de Agua es único en el mundo. Es el primer ejemplo mundial de cómo una vieja mina en desuso se usa para generar calor en invierno y frío en verano. La teoría es muy simple: justo bajo la superficie del suelo, la temperatura es de aproximadamente 10 grados Celsius. Por cada cien metros que descendemos tierra adentro, la temperatura desciende 3 grados. Tras el cierre de una mina, las bombas dejan de extraer agua de las galerías que se acaban inundando y el agua, a tal profundidad, adquiere una temperatura elevada. Por lo tanto, las galerías mineras a gran profundidad generan agua caliente. En cambio, las galerías que están más cercanas a la superficie almacenan agua fría. El concepto de la Mina de Agua es el de utilizar tanto el agua caliente, como la fría para calentar y enfriar los edificios. Hay que tener en cuenta que los sistemas de calefacción y aire acondicionado suponen el 50% del consumo energético total de un país desarrollado y en el mes de diciembre de 2008, los cálculos indicaban que los costes de la energía de la Mina de Agua no excedían los de otras fuentes tradicionales, pero con una gran diferencia: El uso del agua de las minas reduce las emisiones de CO2 en un 55%. Vale la pena explorar en Colombia este tipo de tecnologías, pues minas cerradas hay en grandes cantidades y la diversidad de algas es innumerables. ¡Potencial tenemos!