HOMBRE Y CIENCIA

Análisis de diversos aspectos sociales, culturales y económicos bajo el enfoque antropológico.

Aporte de la Antropología al proceso administrativo y al desarrollo gerencial.

Metodología de la investigación

Proyecto de Investigación: pasos y procesos para la elaboración de un Proyecto de Investigación.

Desarrollo evolutivo del hombre

Desarrollo evolutivo del hombre
Desarrollo del proceso evolutivo del Hombre

miércoles, 8 de agosto de 2007

¿QUE HACEN LOS ANTROPOLOGOS?

¿QUÉ HACEN LOS ANTROPÓLOGOS?
Autores: Carlos Bezos-Daleske y Sergio López
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· Los antropólogos hacen etnografías.

· Las etnografías son estudios sistemáticos de cualquier actividad o hecho humano, como el sexo, la muerte, o la producción de bienes.

· Las etnografías se basan en la observación participante, que significa participar de estos hechos e interpretarlos hasta que adquieran significado. Ese significado es la cultura.

· Así el sexo se comprende dentro de las relaciones de pareja y familiares, la muerte dentro de la religión, o la producción dentro de la economía.
COSAS QUE SE DICEN DE LOS ANTROPÓLOGOS
· Los antropólogos desentierran huesos

· Los antropólogos miden cráneos

· Los antropólogos se van a estudiar pueblos extraños

· Los antropólogos son románticos, soñadores e idealistas: pero no sirven para nada.

COSAS QUE NO SE SABEN DE LOS ANTROPÓLOGOS
· Los antropólogos del desarrollo han conseguido cambiar los planes desarrollistas por desarrollo sostenido.

· Los antropólogos urbanos son responsables de reordenamientos como los de la Barcelona olímpica o de los realojamientos de Palomeras en Madrid.

· Los antropólogos aplicados han creado políticas públicas para absorber la inmigración y combatir el racismo.

· Los antropólogos industriales llevan desarrollando los recursos humanos en las empresas desde los años treinta.

· Los antropólogos culturales han logrado que muchas culturas hayan encontrado su lugar en la globalización sin ser destruidas.

· Los antropólogos de género han sido fundamentales para poner en práctica políticas de prevención de violencia de género en comunidades locales.

· Los antropólogos de empresa son clave para entender las relaciones dentro de las empresas y el comportamiento de los mercados y consumidores fuera de ellas.

· Los antropólogos especialistas de redes sociales definieron el impacto de los atentados del 11 de Septiembre en la población de Nueva York.

· Los antropólogos culturales especializados en etnicidad y nacionalismo han sido básicos para definir las políticas de cohesión en el proceso de formación de la Unión Europea.

· Los antropólogos forenses, en numerosos lugares de América del Sur, han sido la única alternativa para encontrar a víctimas, devolver el nombre a los fallecidos y darle la tranquilidad a sus familias.

· A través de métodos antropológicos, los epidemiólogos encontraron las vías de transmisión del SIDA.
ALGUNOS EJEMPLOS


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TÉCNICAS / HERRAMIENTAS UTILIDAD
Observación participante"Inmersión" en la organización, comunidad, cultura o en el mercado

Diario de campoRecopilación de datos: fuente de ideas

Escucha activaDistanciamiento: análisis de discursos/valores

Mediación de conflictos/Moderación Escalación y resolución de conflictos

EmpatíaPercepción global de las relaciones y diferencias entre las partes

Grupos de discusiónResolución de conflictos, análisis discursos y mercados

Análisis culturalGestión del cambio; horario flexible, marketing

Análisis transculturalDiseño de políticas de inmigración, management internacional, marketing internacional

Entrevista en profundidadObtención de datos clave y relaciones de poder

Investigación Acción Participativa (IAP)Participación activa de los colectivos afectados en la resolución de problemas

Análisis de Redes Sociales (ARS)Estudio gráfico de relaciones descentralizadas y conexiones entre individuos o grupos

La diferencia fundamental con cualquier otra metodología es que las técnicas y herramientas etnográficas son sustancialmente cualitativas y cercanas a la gente.

La metodología antropológica realiza aportaciones básicas dentro de los estudios sociales transdisciplinares, que se pueden complementar conjuntamente con métodos estadísticos o cuantitativos más propios de disciplinas como la sociología.
ALGUNOS CAMPOS QUE HAN SIDO MEJORADOS----------------------------------------------------------------------

Marketing y customer careMediante observación participante de mercados, escucha activa y grupos de retribución puede obtenerse una idea bastante clara de los hábitos, deseos, creencias del segmento potencial, así como de los usos del producto (cambio, prestigio, relaciones, etc.), de modo que tanto el marketing como todas las medidas de CRM se hagan a medida del consumidor y de sus relaciones de género, clase y étnicas.

E - commerce¿Cómo se usa el comercio electrónico? ¿Quién lo ofrece, quién lo emplea y para qué? ¿Cómo afecta a su vida, a su esfera social, a su red (física y virtual)? ¿Cómo afecta a su trabajo? ¿Qué usos hace de los medios electrónicos (privados durante el trabajo, por ejemplo)? ¿Cómo afecta a sus formas de relacionarse, a su vida familiar y afectiva? ¿Qué diferencias de género, clase, ingreso, estrato sociocultural o étnicas influyen en el comportamiento del consumidor?

Recursos humanosLa observación participante, la gestión del cambio, el análisis cultural y transcultural (trabajo con valores), la mediación en conflictos, los usos del tiempo, las relaciones de poder ... herramientas clásicas para identificar los problemas de RH, para mejorar el clima laboral, encontrar la vías de motivación más adecuadas, reducir los accidentes de trabajo y las bajas por enfermedad, rediseñar la organización, cambiar la cultura (real) de la empresa y crear nuevos instrumentos de recursos humanos adecuados a cada organización.

TransculturalidadLa internacionalización de la empresa y la proliferación de fusiones y adquisiciones requieren un especial formación en cambio cultural para identificar las estrategias más adecuadas de penetración de nuevos mercados, motivación de trabajadores locales, gestión de expatriados, etc. En el terreno de las fusiones y adquisiciones, la integración de dos o más culturas con sus subculturas, estructuras de poder etc. es clave para garantizar el cambio armonioso, evitando resistencias, boycots, etc.

Transnacionalismo y migracionesLa generalización de las comunicaciones ha sido uno de los factores que han abierto los cauces para la dinamización de los flujos migratorios. El estudio de conexiones y redes sociales entre países emisores y receptores de migrantes, aplicado a través de la antropología social, es básico para combatir la creación de mafias y conflicto cultural.
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PREVENCIÓN DE ACCIDENTES DE TRÁFICOLa compañía Winterthur contrató un estudio de antropología sobre cómo se construyen los accidentes. Este estudio fue la base de una campaña sobre seguridad vial.
DIRECCIÓN FINANCIERALa compañía Mercedes Benz en España consiguió evitar la regulación de empleo en su departamento contable gracias a la gestión de transformación social llevada a cabo por un antropólogo durante dos años de estudio y análisis de procesos.
MARKETINGEn Boston un casino contrató antropólogos para analizar el comportamiento y las creencias de los jugadores. Como resultado desarrollaron una campaña de publicidad específica con un notable incremento de ventas.
GESTIÓN DEL CAMBIOPara implantar un sistema bancario moderno en Malasya, el gobierno fomentó el llamado "islamic banking", el cual obviaba el problema de la prohibición de intereses del Corán, haciendo al banco partícipe de los beneficios de la empresa solicitante de crédito.

ALGUNAS HERRAMIENTAS Y UTILIDADES DEL TRABAJO ANTROPOLÓGICO

jueves, 29 de marzo de 2007

LIBROS DE TURISMO Y DESARROLLO SOSTENIBLE

LIBROS DE TURISMO Y DESARROLLO SOSTENIBLE
ACTIVIDAD TURÍSTICA Y MEDIO AMBIENTE
Actividad Turística y Medio Ambiente profundiza en la relación existente entre una de las actividades económicas mas relevantes a todos los niveles y la Naturaleza como producto, como recurso, como vertedero.
Se manifiesta entre el Turismo y el Medio Ambiente una especial vinculación de amor-odio por cuanto la propia Naturaleza ejerce como factor de atracción de flujos turísticos los cuales desencadenan voluntaria o involuntariamente agresiones al medio que los soporta. Conceptos tales como huella ecológica, capacidad de carga, evaluación de impacto ambiental, etc. son, junto a otros muchos, objeto de estudio y análisis.

MANUAL PARA AGENTES DE DESARROLLO RURAL 2ª Edición
Este Manual para Agente de Desarrollo Rural, en su segunda edición, está dirigido a todas aquellas personas implicadas en los procesos locales de desarrollo rural, pero carece de un sentido corporativista, puesto que se ha escrito pensando en que sirva de referente y ayuda a alcaldes y concejales de pueblos pequeños, directores y monitores de escuelas taller, gerentes de programas de desarrollo rural, líderes populares, miembros de asociaciones, técnicos, agentes de desarrollo local, funcionarios públicos, maestros, párrocos, etc.

TURISMO Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Expone los efectos, beneficios y problemas que genera el turismo en la promoción del desarrollo económico y social de las regiones menos desarrolladas, para la protección y preservación del medio ambiente y recursos naturales, así como sus características en cuanto a culturas y etnias y la integración de esos países.

EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL2ª Edición
Esta segunda edición conserva el doble caracter, didáctico y de utilidad profesional, característico de las anteriores ediciones, equilibrando el enfoque conceptual que invita a la reflexión, al rigor y al progreso en el conocimiento, propios de la formación universitaria, con el contenido de más directa aplicación como son metodologías y técnicas.

ORDENACIÓN TERRITORIAL
Este libro es la última aportación de una línea de trabajo iniciada por el autor en los años 70, que ve la luz cuando su contenido ha sido refrendado por la amplia utilización de sus precedentes en la docencia universitaria y en numerosos trabajos profesionales. A lo largo de sus más de 700 páginas, el autor hace una concepción del territorio y de su ordenación, basada en su propia experiencia, que sitúa en pie de igualdad el medio físico ('physis':naturaleza), la población y la red formada por los núcleos urbanos y los canales de relación que los conectan.El libro intenta equilibrar lo conceptual y lo instrumental, y así gran parte de su contenido desarrolla enfoques metódicos y técnicas para la elaboración de planes de ordenación del territorio y de su gestión.

ECOTURISMO SISTEMAS NATURALES Y URBANOS.3ra. Edición
En esta tercera edición de ECOTURISMO Sistemas Naturales y Urbanos, Roberto Boullón nos introduce en la problemática, acerca soluciones y transfiere su experiencia profesional en pos de un manejo más consciente del mundo turístico que nos rodea. Resguardar el patrimonio es una obligación de esta generación para con sí misma, pero también es un exigible compromiso con las generaciones futuras. Indice: Glosario El desastre Mundial Turismo y Ambiente Turismo y ecología Criterios de desarrollo del ecoturismo. Criterios de desarrollo de otras formas de turismo alternativo Capacidad de carga. Criterios de desarrollo de los ecosistemas urbanos Estrategias de desarrollo.

martes, 27 de marzo de 2007

COMIDAS PELIGROSAS: la percepción social de la (in)seguridad alimentaria Autor: David Oseguera Parra

31 Estudios sobre las Culturas ContemporáneasÉpoca II. Vol. X. Núm. 19, Colima, junio 2004, pp. 31-51
COMIDAS PELIGROSAS: La percepción social de la(in)seguridad alimentaria
David Oseguera Parra
A manera de aperitivo

La propuesta que hago aquí es estudiar la percepción social de la seguridad y el riesgo alimenticio entre familias de bajos ingresos. Ello exige privilegiar el papel simbólico de los alimentos, por sobre su rol de aporte de nutrientes y de bienes económicos. Eso corresponde a un aspecto crucial que se ha soslayado en los años recientes: la percepción ordinaria que los pueblos tienen sobre la seguridad y el riesgo en torno a su alimentación cotidiana. Esta percepción social se inserta en el marco de las culturas populares, cuyas características e implicaciones suelen marginarse por los centros de investigación y los organismos internacionales y nacionales con políticas en ese terreno.Aunque el tema de la seguridad alimentaria ha venido recibiendo una creciente atención en los espacios de la opinión pública, los estudios académicos y de las organizaciones sociales, su tratamiento se ha reducido a encuadres muy universalistas y orientados al lado de la producción y abasto. Pero de cualquier modo, en el concepto de seguridad alimentaria se ubican un sentido cuantitativo y otro cualitativo. Para decirlo en los términos con que se nombra este tema en el idioma inglés (Esparza, 2002):con “food security” se alude la dimensión cuantitativa del acceso a los alimentos en general, mientras que “food safety” se usa para aspectos de calidad, como la inocuidad. En los círculos oficiales, de acuerdo a lo señalado por diversos autores, ha prevalecido en la materia un énfasis hacia los aspectos cuantitativos, utilizando parámetros objetivistas, productivistas y mercantilistas, aunque recientemente la Cumbre Mundial de Alimentos del 2002 incorporó la necesidad de asegurar la inocuidad y el respeto a las preferencias locales de consumo.

Un ejemplo de la visión más convencional de la seguridad alimentaria –referido a la “foodsecurity”– lo constituye los estudios que miden niveles de satisfacción de estándares nacionales de consumo, sean éstos promedios calóricoproteicoso el acceso a determinado conjunto de bienes de consumo popular (canastas básicas). Así, se analiza (Sampaio y Cardoso, 2002) comparativamente el consumo de alimentos entre América Latina y la Unión Europea considerando la disponibilidad y consumo de ciertos montos de calorías diarias por habitante (considerando, por ejemplo, tres estratos:bajo <>2,400<2,800>
En la alimentación cotidiana se manifiesta un abanico de expresiones de rechazo, recelo y apego en torno a los diversos productos alimenticios. Frente a ello, mi objetivo en el presente artículo, es efectuar una exploración cualitativa del universo de los diversos significados que pudieran existir en el ámbito popular en torno a las actitudes y prácticas de consumo alimentario familiar. Una ensalada previa al guisado (cuestiones teórico-metodológicas) Antes de entrar a discutir el problema en sus dimensiones empíricas, conviene explicitar la metodología empleada y repasar algunos planteamientos conceptuales relevantes en la literatura de las ciencias sociales y humanas. En este ámbito, he localizado diversas formulaciones teóricas que indirectamente se relacionan con la seguridad alimentaria, y que se refieren a la clasificación cultural de los alimentos, una cuestión más amplia donde considero que tiene asidero la primer cuestión. En este tema no existe un consenso, aunque sí algunos puntos convergentes y aún concordantes. Se advierte de inmediato un abanico de posiciones que se extiende desde la posición más optimista (Wenkam), hasta la más escéptica (Giard), en cuanto a las capacidades humanas de discriminar los alimentos según su grado de riesgo para los propios seres humanos. Comencemos por Wenkam (1969), quien incorpora un concepto muy novedoso con relación a la discusión internacional sobre seguridad alimentaria: se trata de la disponibilidad cultural o concepto que cada cultura tiene sobre la aceptabilidad de los alimentos. Este autor plantea que, con fundamento o sin él, cada grupo humano clasifica a los productos alimenticios en tres categorías: “comestibles”, “dañinos” e “inaceptables”.Asimismo, Wenkam señala que es más frecuente que estas distinciones cuenten con bases subjetivas, que varíen de una región geográfica a otra y que son susceptibles al cambio con el paso del tiempo; aunque también advierte que esa clasificación, en algunos casos, se basa en criterios universales, posiblemente objetivos. Estamos, pues, ante una posición típica de relativismo cultural, el cual ha sido muy influyente en la antropología social. A mi juicio, resulta necesario discutir la plausibilidad de este esquema de clasificación cultural en el estudio de la percepción popular u ordinaria sobre la seguridad alimentaria, puesto que, de una manera u otra, permite visualizar la delimitación de fronteras entorno a lo que cada grupo humano considera como alimento propiamente dicho. 35 Época II. Vol. X. Núm. 19, Colima, junio 2004, pp. 31-51Comidas peligrosas
En un sentido opuesto a Wenkam se manifiesta Luce Giard (en: Certeau,1999), quien hace un rechazo tajante de la sabiduría innata en la elección individual de alimentos. Para esta autora, la composición de un régimen alimentario debe conciliar múltiples y sutiles exigencias nutricionales, mismas que, en el pasado, las sociedades tradicionales no resolvieron plenamente debido al subconsumo, como en el presente tampoco lo han logrado las sociedades modernizadas con su sobre consumo alimenticio.Giard (Certeau, 1999: 171) agrega que en cualquier medio social que uno encueste, se genera de inmediato “un fabuloso repertorio de sandeces”,el cual aglutina indistintamente “secretos de nodriza, prejuicios sin fundamento, informaciones vagas”, situación cognitiva que finalmente tiene su ancla en la “ausencia de regulación interna de comportamientos alimentarios del hombre”. Respecto a la postura de Giard, encontramos al final que implícitamente acepta la clasificación cultural de los alimentos–aunque sobre bases totalmente subjetivas–, sobre todo considerando que para Giard (Certeau, 1999: 172) la comida se somete finalmente a un“sistema de diferencias significativas, coherente mediante sus faltas de lógica”.Otra postura de tipo crítico sobre la percepción popular del riesgo y la seguridad corresponde a Jesús Contreras (1993). Según éste, “es la cultura la que crea, entre los seres humanos, el sistema de comunicación que dictamina sobre lo comestible y lo no comestible, sobre lo tóxico o sobre la saciedad. Cada sociedad dispone de unas reglas al respecto, generalmente no escritas” (Contreras, 1993: 14). Para ese autor, tales criterios sobre la conveniencia de los alimentos pueden reflejar tanto necesidades racionales como un etnocentrismo difícil de justificar. En última instancia,Contreras cree que el hombre sí dispone de “mecanismos para la regulación de la alimentación, una especie de sabiduría del cuerpo”, misma que entró en crisis a la par del aumento de ingresos y de las disponibilidades reales en los países desarrollados, junto con las presiones culturales para consumir más y particularmente, de los alimentos grasos. Resultan interesantes estos planteamientos de Contreras, ya que coinciden parcialmente con lo sostenido por Wenkam y Bourges en cuanto a la existencia de una “sabiduría popular”, además de retomar lo descubierto por Claude Fischler en torno a los trastornos culturales que padece la alimentación en las sociedades más modernas.Con un enfoque sociobiológico, Fischler (1995) estudió críticamente las formas inapropiadas (o malsanas) de comer en las sociedades modernas. Él acuñó el multicitado concepto de gastro-anomie, por el cual se establece que los individuos contemporáneos carecen de sugestiones socioculturales claras de lo que deberían ser sus preferencias alimentarias (cuándo, cómo y qué tanto deberían comer). Así, la selección y el consumode alimentos se están convirtiendo de modo creciente en asuntos personales y no sociales, librándose también de restricciones ecológicas o estacionales. En este sentido, en la alimentación contemporánea, las redes de familiares y no familiares tienen cada vez menos intervención y, por lo tanto, los individuos se hallan cada vez con menos apoyo de esas redes sociales en tan crucial requerimiento de su vida diaria. Entonces ocurre que, los seres humanos, fundamentalmente (h) omnívoros, al carecer de criterios dignos de confianza para tomar tales decisiones, experimentan un sentido creciente de ansiedad alimentaria –de aquí se comprende el vínculo establecido por Fischler con la anomia. Finalmente,cabe anotar que resulta indudable que, lo planteado por Fischler respecto a la aceptabilidad cultural de los alimentos, ha influido en distintos estudiosos del tema, aunque su atención se dirige casi exclusivamente al comportamiento alimentario en los países desarrollados. Finalmente, en Bourges (1990) se observa una postura más optimista que la de Wenkam y coincidente con Contreras en cuanto a la existencia de una sabiduría popular, aunque con cierta cautela. Él reparó en el deterioro del poder adquisitivo alimentario que causó la crisis de los años ochenta del siglo XX entre las familias de bajos ingresos en la ciudad deMéxico. Bourges (1990: 27) observó que las familias sustituyeron ciertos productos por otros de composición similar o parecida, pero menos costosos y de menor “prestigio social” [...]. Estos cambios permiten, en principio, mantener el aporte nutrimental de la dieta con un presupuesto menor. Al respecto, Bourges considera a estos cambios como “indicadores de la existencia de una ‘sabiduría’ en las respuestas sociales”, aunque luego advierte que no procede confiarse en ella, porque, además de no ser siempre acertada, restringe la variedad de la dieta (Bourges, 1990: 27-28).Entre los cambios desafortunados en la dieta de las familias mexicanas en los años ochenta, Bourges señala el uso del café o té en vez de leche, la pasta de trigo en lugar del pescado y mermeladas a cambio de frutas.Me parece interesante la observación de Bourges sobre la capacidad de las familias para lograr con menos ingreso, un nivel nutricional semejante al que había antes del impacto de la crisis económica, pero me resulta difícil aceptar la idea de una “sabiduría” popular. Ante esto, me pregunto si más que “instinto” o “sabiduría”, lo que rige el proceso de sustitución de los alimentos es el sistema clasificatorio de los bienes alimenticios que la población ha heredado y reproducido culturalmente.
Un sistema que, soportado en símbolos, valores y representaciones, se actualiza continuamente en cada cambio del contexto económico, particularmente en las coyunturas críticas, a las cuales se deben dar respuestas inmediatas, aunque no siempre apropiadas. Como parte de la herencia colonial española, en México existe una clasificación alimenticia de carácter popular y tradicional referida a cualidades térmicas. Desde la época colonial, la medicina hispánica introdujo la teoría griega de los estados de las cosas (sequía, humedad, frío ycalor), que logró un gran influjo en el pensamiento aborigen (Aguirre Beltrán, 1963: 262). Conforme a esta clasificación, las plantas tenían distintas temperaturas, lo que debía tomarse muy en cuenta para su consumo durante las etapas de enfermedad o atención especial de la salud. A su vez, un clásico de la antropología (Douglas, 1973) contribuyó a la mejor comprensión de las ideas occidentales contemporáneas acerca de lo sucio, dominadas casi por completo por el contexto de lo patógeno. Ese texto es muy sugerente y permite entrever la posibilidad de que identifiquemos las clasificaciones que de modo social se construyen sobre la comestibilidad de los alimentos, las que generalmente permanecen invisibles a nuestra mirada porque las tomamos como algo evidente, lógico, natural, dado, etc., y no como sistemas que por convención cultural hemos construido y modificado colectivamente. Al respecto, también me parece conveniente preguntar por el modo en que los estratos populares pueden pensar y hacer distintas operaciones de reemplazo, combinación o adaptación, ante coyunturas críticas en el campodel abasto y la alimentación; considerando en ello no sólo las fronteras entre lo comestible, dañino e inaceptable, sino entre la saciedad y el hambre y otros esquemas de clasificación aplicados en la vida cotidiana y de modo ordinario.Mi personal aproximación al tema de la seguridad y riesgo alimentario dentro de la cultura popular en nuestro país se ha basado en procedimientos metodológicos que a continuación refiero con brevedad. Creoque debemos reconocer que la elección de una técnica de investigación debe ser lo más apropiada posible a los objetivos de conocimiento de cada investigación (Galindo Cáceres, 1998, pp. 24-25). Por ejemplo, si los propósitos son de interacción, la investigación participativa, el socio análisis y la investigación-acción son las técnicas indicadas; si pretendemos la representación, entonces resulta preferible la encuesta, la cartografía, el análisis de contenido y la heurística; y si nuestro interés se centra en la reflexividad social, entonces lo idóneo son varias técnicasque atienden la relación sujeto/objeto en forma recíproca, este es el caso de: la etnografía, la entrevista a profundidad, la historia oral, el análisis del discurso y los grupos de discusión. En mi caso, considero que la técnica de grupo de discusión (llamada también “grupo de enfoque” por los estudiosos estadounidenses) se encuentra a medio camino de la encuesta y la investigación-acción, posibilitando una mejor ubicación de los porqués en los comportamientos sociales, así como una mejor intelección de la producción y reinterpretación de los discursos sociales. Esta técnica es propicia para la reflexividad ordinaria. Las sesiones de grupo reproducen elementos del discurso social, o mejor dicho, al nivel del habla en que se interactúa allí, los participantes producen un rico flujo de información social en la forma de discurso. La conversación que se produce en la sesión grupal es el medio por el cual los participantes exponen entre sí, sus representaciones de la realidad, configurándose así un campo de sentido(s), un campo semántico. Esta producción metódica del discurso, este flujo conversacional inducido, tiene una enorme utilidad para el quehacer antropológico y sociológico, oficios científicos que han enfatizado las técnicas “duras” y convencionales como la etnografía y la encuesta. Es por todo lo anterior que elegí a esta técnica de investigación: para estudiar la percepción de las familias de bajos ingresos entorno a la seguridad y el riesgo alimenticios, cuestión que está más involucrada con el papel simbólico de los alimentos que con su función biológica de nutrientes. Ahora bien, también es sabido que una buena aplicación de esta técnica exige cuidar la integración de los grupos: esto es, que se incorporen a ellos personas con rasgos sociales afines, como la edad, el nivel de ingresos y la ocupación. Estos son factores que he tratado de atender en mi trabajo sobre la percepción social de la seguridad alimentaria. Los datos que utilizo en el presente artículo, corresponden a dos grupos de discusióno enfoque, los cuales se organizaron en la ciudad de Cuernavaca,Morelos, México, entre 10 mujeres de origen rural principalmente, la mayoría con edades entre cuarenta y cincuenta años, con ocupación de ama de casa la cual combinan con el comercio informal y un bajo nivel de ingresos, y que principalmente proceden de los estados de la República más próximos (Puebla, Guerrero y Edo. de México). Las sedes de ambas sesiones fueron las colonias populares de Villa Santiago (junto alpueblo de Ahuatepec) y en La Lagunilla (próxima al centro histórico). Para congregar al primer grupo, mi apoyo durante el “reclutamiento” fue una terapeuta tradicional con la cual todas tenían alguna relación de amistad, de vecindad y una experiencia común de participación en las llamadas CEBs (comunidades eclesiales de base), desde los años setentas; pero ni el grupo ni esa terapeuta tenía conmigo un vínculo previo. En el segundo caso, el recurso empleado por mí fue el invitar personalmente a una reunión a las esposas de vecinos y amigos míos en la zona suburbana donde viví cerca de siete años (entre 1993 y 2002), señoras que tampoco tenían conmigo un trato cotidiano. Las sesiones transcurrieron en un ambiente de mucha confianza y sólo hubo una sesión por cada grupo.En ambas ocasiones, no elaboraré previamente “frases detonadoras” comolo recomiendan algunos autores (Chávez, 2001). Mi experiencia con estas sesiones y otras que he realizado con el mismo tema, me indican que resulta difícil escapar a la dinámica habitual de las entrevistas grupales,donde el investigador realiza preguntas y se dirige a los asistentes en lo individual. Con ambos grupos procedí a grabar las sesiones en cintas de audio con la anuencia de las participantes y luego efectuar personalmente la transcripción de todo el material, anotando también silencios, ritmos y tonos de voz. Posteriormente, desmenucé los componentes principales de los textos transcritos, que son las frases u oraciones referidas a los diversos aspectos de la seguridad y el riesgo alimentarios. Estos componentes son, a la vez, los elementos más simples del análisis e interpretación que se efectúa con los datos derivados de la técnica de grupos de discusión. Dicho material fue analizado en tres niveles: individual, cada grupo y sendos grupos, lo que nos va indicando algunas correlaciones entre ciertas formas de percepción de la seguridad y las características sociales y experiencias de vida de las personas informantes. Resulta provechoso añadir aquí algunas reflexiones sobre el perfil de las mujeres participantes en las sesiones de grupo y los textos producidos en éstas. Una primera cuestión que resalta es el hecho de que la mayoría de estas mujeres ha migrado a la ciudad de Cuernavaca, después de pasar su infancia, y en algunos casos hasta la juventud, en sus lugares de origen, lo cual posibilita que ellas realicen cotejos en las costumbres y prácticas alimentarias de ambos espacios geográficos. Otro hecho importante es el que las informantes se hallen en una etapa de su vida en la cual han vivido un buen tiempo como responsables de las actividades de cocina en sus familias y en otros hogares distintos a los de ellas (por el trabajo doméstico asalariado); esta experiencia les permite una mayor informacióny reflexividad sobre la alimentación. Un tercer punto es que, mientras el grupo de mujeres con experiencia en participación en las CEBs se apoyaba en este antecedente, para hacer valoraciones críticas sobre la comida “chatarra”, en el otro grupo de mujeres –donde algunas eran vendedoras ambulantes de alimentos– se advertía una asociación explícita entre sus conocimientos del oficio y las percepciones de riesgo y seguridad que tenían frente a determinados alimentos, que en forma frecuente o eventual, consumen sus familias. En términos generales, se podría aseverar que en el discurso generado por las informantes se detecta que las fronteras percibidas entre lo seguro y lo riesgoso en torno a los alimentos se basa en los hábitos y creencias apropiadas desde la socialización primaria (hasta cerca de los 12 años) y que en la edad adulta son modificados por las experiencias migratorias, ocupacionales y organizativas. 40 Estudios sobre las Culturas Contemporáneas David Oseguera Parra Y ahora el plato fuerte y agridulce (Exploración de la percepción popular en torno a seguridad y riesgo alimentario) Como resultado tentativo del análisis efectuado, presento a continuación de modo conciso, dos configuraciones posibles de los rasgos de la percepción po pular que esos dos grupos de mujeres mexicanas tienen sobre la seguridad y el riesgo alimentarios. Ambas configuraciones pretenden ir de lo más próximo o sensible, a lo más distante o intangible. En un plano inicial, los alimentos que consumen y conocen las mujeres de la muestra, ya son materia de clasificación según el riesgo percibido en el consumo familiar cotidiano. De inmediato se distinguen dos grupos básicos de alimentos, según las valoraciones que se fueron haciendo a lo largo de las sesiones: el de los productos seguros y el de los riesgosos (véase el siguiente cuadro):


Clasificación de alimentos según el riesgo percibido en el consumo familiarpor mujeres de colonias populares en Cuernavaca, Morelos
Seguros -------------------------------Riesgosos

Maíz -----------------------------------Carne de puerco
Frijol -----------------------------------Bisteces de res
Arroz -----------------------------------Pescado2
Haba -----------------------------------Mariscos2
Lentejas -------------------------------Embutidos (salchichas, jamón)
Garbanzo ------------------------------Huevo3 (a los niños)
------------------------------------------Leche (sin refrigerar o cuando no se tiene hábito)
Frutas ----------------------------------Vegetales (sin desinfectar)
Verduras -------------------------------Pan (de panadería moderna)
------------------------------------------Frijoles instantáneos
Aves de corral (pollo) ----------------Moles industrializados
Quesos naturales ---------------------Mayonesa
Cecina 1
Carne de chivo (recién sacrificado)--Café2
Yogurt ----------------------------------Refrescos
Té ---------------------------------------Golosinas(frituras, pastelillos y helados)
-------------------------------------------Alimentos con colorantes
-------------------------------------------Alimentos producidos con agroquímicos
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1 Se llega a considerar de riesgo, si no se compra con el debido cuidado y
esmero.
2 En unos casos no se considera riesgoso, sobre todo cuando se acostumbró desde pequeño.
3 En unos casos no se considera riesgoso, sobre todo si es producido domésticamente o “de rancho”.

Clasificación de alimentos según el riesgo percibido en el consumo familiarpor mujeres de colonias populares en Cuernavaca, Morelos
En el primer grupo estarían los granos básicos, tales como maíz, frijol,arroz, haba, lentejas y garbanzo, los cuales conforman la columna vertebral de la dieta diaria de las familias en cuestión. Además de los cereales y leguminosas, también se encuentran las frutas y verduras, aunque consumidas en menores cantidades, sobre todo las primeras, restringidasa las “de temporada”. En un nivel de menos frecuencia, están los alimentos de origen animal, como las aves de corral, quesos “naturales”, cecina y carne de chivo, cuya frecuencia de consumo es más baja aún que las frutas y verduras. De bebidas frecuentes se mencionan al yogurt y el té. Entre los alimentos considerados “de riesgo” tenemos a: la carne de puerco, embutidos, bisteces de res (de autoservicios), pescado, mariscos, huevo (en los niños), leche (sin refrigerar), vegetales (sin desinfectar), pan (de panadería moderna), frijoles enlatados, sopas instantáneas, moles industrializados, mayonesa, café, refrescos, golosinas infantiles(frituras, pastelillos y helados) y alimentos con colorantes. Los productos de este segundo grupo son poco consumidos por las mujeres de la muestra, respecto de los cuales mantienen serias reservas sobre su conveniencia para la salud y la buena alimentación de las familias. No se puede decir lo mismo de los alimentos producidos con agroquímicos, que son ubicados también en este segundo grupo de alimentos, y que sin lugar adudas, se consumen en la dieta diaria de estas familias, y cuyo abasto casi en su totalidad se hace en la ciudad de Cuernavaca. Respecto a la delimitación marcada en el párrafo anterior, podemos comentar algunas características de cada grupo de alimentos que ayudan a comprender las diferencias así establecidas. Los productos percibidos como “seguros” suelen ser almacenables (como en el caso de los granos) y cuya conservación al natural en la despensa familiar no presenta grandes dificultades. Además, por su escaso o nulo grado de transformación,durante la compra no se tienen mayores dudas sobre su contenido; tambiénson productos cuya preparación para la mesa depende casi totalmente del ama de casa (excepto los quesos naturales y el yogurt). Y alfinal –pero no por ello menos importante– por su menor valor agregado, sus precios son menores y así resultan más accesibles para los hogares debajos ingresos, como los de las mujeres de la muestra.
Sobre los productos percibidos como poco seguros o dañinos, encontramos que varios de ellos (particularmente los productos “en fresco”) se consideran de mucho riesgo para su conservación natural en casa, sobre todo el pescado, los mariscos, la leche y los bisteces del autoservicio. Otros de ellos, por su mayor grado de transformación industrial, generan desconfianza en relacióna su contenido y la forma en que se elaboraron: este es el caso de embutidos, sopas, moles, etc. También hay que advertir que algunos de estos productos –por su preparación previa– dependen menos del oficio culinario del ama de casa (como es el caso de sopas, moles, embutidos industrializados, etcétera). Y por último, esos productos son de mayor valor agregado y, por tanto, son más caros y de menor accesibilidad a los hogares de las participantes en los grupos de discusión. Esas percepciones de los consumidores tienen que ver con el tema de la inocuidad alimentaria, campo reciente de la investigación científico técnica y de las políticas públicas agroalimentarias. La inocuidad está referida a la determinación del carácter inofensivo de los alimentos, esto es, su incapacidad de producir daño o molestias a los consumidores. Sin embargo, más que asociarse a la presencia o ausencia de una certificaciónde la inocuidad, me parece que, de modo relevante, esa percepción negativa contemporánea de muchos consumidores está asociada al síndrome de gastroanomia (Fischler 1995). Acuñado recientemente, este concepto explica los sentimientos de ansiedad experimentados ante productos y procesos alimentarios que irrumpen en los mercados de consumo sin acreditarse culturalmente mediante tradiciones locales y redes familiares. Esta percepción del riesgo alimentario también la encontré en otro estudio reciente (Oseguera, 2001) sobre los cambios en la cultura alimentaria colimense, basado en historias de vida de mujeres, con menciones críticas a la producción intensiva de pollos, cerdos, reses y hortalizas. Pero el fenómeno anterior no parece restringido al campo alimentario. También Giddens (2001) ha señalado, entre los cinco rasgos principales de la globalización en curso, a la inevitable exposición al riesgo en que vive ahora la población mundial, y junto a ella, la expresión recurrente de crisis de credibilidad y escándalos ante diferentes aspectos de nuestra vida moderna. Con lo observado en fenómenos como el de las “vacas locas” o el abuso de anabólicos para la engorda de bovinos,estamos ante casos típicos donde el consumo de carne de res se ha visto severamente afectada por la extendida percepción de los consumidoresde que estaría en riesgo su salud. En un segundo plano, más complejo que el anterior, agrupamos al total de expresiones verbales que, en torno a seguridad y riesgo alimenticio, pudimos captar en las sesiones de grupo de discusión (véase lagráfica en la página siguiente). Ese total representa, sin duda, sólo a una porción del discurso social generado en los estratos populares en relación con sus alimentos cotidianos. Pero esa porción nos resulta ilustrativa de la manera como se percibe la seguridad y el riesgo alimentario a nivel popular. Conviene recordar aquí, que mi objetivo en este artículo es tan sólo explorar cualitativamente el universo de los diversos significados de seguridad y riesgo que pudieran existir en el consumo alimentario familiar. Riesgo genérico o ambiguo (15) Universo de expresiones en torno a seguridad y riesgo alimentarios Natural (4) Economía (4) Previsiones domésticas Politización (4 ) Aversiones clásicas (6 ) Aversiones por imitación (8) Gustos inveterados por lo industrializado (4) Gustos moderados por lo industrializado (3) El total de oraciones referidas al tema de interés se puede dividir entres conjuntos o dominios principales, que por orden de importancia analizaremos a continuación: el primero está referido al consumo familiar, y es de naturaleza tradicional; el segundo bloque incluye al alimento de tipo industrial, y el tercero comprende a las percepciones sobre riesgo genérico y las aversiones relacionadas con ello. El primer conjunto, a su vez, incluye diversos rubros propios del consumo familiar de la muestra de amas de casa participantes en las sesiones de grupo. Aquí aparecen todas aquellas expresiones referidas a filias y fobias, atracciones y aversiones que suelen dominar los gustos alimenticiosb en los hogares. Comenzaremos por las primeras, que son las más numerosas. Dos rubros que llaman la atención por su relativa singularidad en estos grupos son los del aprecio y preferencia por lo natural y el de la politización. Otros dos renglones más, que hasta cierto punto resultan habituales entre mujeres de hogares pobres, son las preferencias por las facilidades de acceso o economías y las previsiones domésticas sobre alimentación, para asegurar el sustento a la familia. Otros rubros muy interesantes, porque expresan las contradicciones propias del consumoalimentario entre sectores populares, son los referidos a los gustos por alimentos industriales, abarcando tanto a las propensiones moderadas como a las vigorosas o excesivas. De hecho, estos rubros del consumo familiar comparten sitio con el dominio del alimento industrial, lo que nos muestra que, a pesar de que este último es considerado como no nutritivo, debido a su procesamiento o al prolongamiento de su vida útil, sí tiene una incidencia fuerte en el consumo popular.Volviendo al primer rubro del dominio del consumo familiar, la primera pregunta que procede formular es: ¿Qué es lo “natural” en estos grupos de mujeres? Y aquí lo natural es –como suele suceder con este término hoy en día– una gama de cualidades que va desde la dieta diaria restringida a los vegetales (vegetarianismo), hasta la producción doméstica de autoconsumo, pasando por los alimentos que se venden en fresco. Además, por natural se entiende algo que siempre es valorado como “más sano”, que no contiene “químicas” y que siempre será algo más preferido, que gusta “más”, y con lo que se come “muy bien”, a pesar que almismo tiempo se llega a ver como parte de un horizonte existencial, ya perdido de modo irremediable, y que con nostalgia por su terruño y su niñez recuerda una mujer madura: “todo era natural-natural: tan bonito que, ¡híjole!, yo creo que nunca más voy a volver a vivirlo”.Por otra parte, resulta ya un tema común que la economía rige el orden de las preferencias, pues las facilidades de acceso son determinantes en el consumo. Sin embargo, como ha demostrado Bourdieu, el acceso posible no se traduce en consumo efectivo, si el individuo no fue habituado a ello en su vida previa, y el proceso de habituación se limita a la escala de bienes asequible presupuestalmente a una persona. Así, las preferencias hacia productos accesibles por su costo, deben tener cierto proceso de “construcción” en cada individuo, sin que ello explique en forma total las percepciones del gusto. Es en este sentido que, muy ligado al campo de significados de la economía, está el de las previsiones domésticas, esto es, de las reservas que en un hogar deben existir para no pasar hambre, sobre todo entre los menores de edad. Ese rubro resulta tan obvioo evidente que, muchas veces, no se reconoce explícitamente. Afortunadamente, recogimos dos expresiones clásicas al respecto: “los frijolesy la leche son algo que en mi casa tratamos de que no les falte a los niños”; y también esta otra muy semejante a la anterior: “que a los niños no les falte la leche y la fruta”. Anotemos, por último, que este tipo de expresiones son usadas en las campañas nutricionales oficiales, como en el caso de la leche, donde se trata de asegurar a los infantes un mínimo de nutrimento lácteo dentro de las condiciones de escasez o pobreza familiar (“cuando la leche es poca, al niño le toca”).También las percepciones alimentarias pueden reflejar cierta experiencia política y conciencia “social”. Entre las personas que dialogaron en Cuernavaca acerca de los alimentos, se cuentan varias que han pasado por procesos organizativos de las últimas décadas. Gracias a esa experiencia en la izquierda social, algunas de las mujeres informantes adquirieron cierta capacidad crítica ante las distintas ofertas alimentarias, sobretodo de aquellas cuyo consumo frecuente puede acarrear riesgos y daños de consideración. Como nos lo expresó una mujer asistente a las sesiones de grupo, con una mezcla de humildad y a la vez de orgullo:no es tanto que uno sepa mucho de las consecuencias [...] creo que muchas cosas no sabemos y algunas que llegamos a saber algo es porque precisamente acudimos a este tipo de reuniones. Las aversiones o elusiones respecto a algunos de los alimentos, es otro de los rubros con abundantes y significativas expresiones verbales. Entre las aversiones distinguimos aquellas de carácter básico, es decir, las que se originan en prohibiciones familiares hechas durante la infancia, de las de tipo secundario, que se incorporan al comportamiento personal de modo voluntario en la etapa adulta, y que suele hacerse por distintos factores de influencia. Ejemplos de algunas aversiones secundarias serían:la repulsa por cierta marca de pollo (“¡guácala!, me da no se qué”),desconfianza hacia productos de inocuidad incierta (hongos y mariscos)o el descubrimiento de contenidos inverosímiles en algún producto nuevo (“los ojotes se me saltaban de ver que la mayonesa se hace de puro aceite... hace daño”). Este segundo tipo de aversiones, neofobias, resulta muy interesante, pues refleja una capacidad de los individuos para ir generando nuevas fronteras defensivas hacia alimentos considerados dañinos e inaceptables. Pero también esas neofobias pueden ser fenómenos de inhibición cultural, porque las personas –migrantes del campo a la ciudad moderna– no consideran legítimo su consumo en sus nuevas localidades de residencia: a veces, ya porque llega uno a la ciudad, ya nos da pena, como que se afrenta [uno] de lo de allá, de su tierra. Un conjunto de expresiones alimentarias que resulta bastante atractivo en su análisis e interpretación, son las comprendidas en los rubros de gustos moderados y gustos vigorosos por los productos industrializados. El primer tipo de gustos está representado por expresiones como la siguiente:“para que no se oiga tan feo que como embutido, ¡‘como salchichas de pavo’!”, mismas que indican cierta autocontención en el consumode determinados comestibles manufacturados donde se percibe un rango de riesgo o daño probable a la salud. Los gustos excesivos o vigorosos se proyectan con expresiones tales como lo manifestado sobre el consomé de pollo: “lo siento que es como una manía de ponerle [a lacomida] su...”; o en torno a las golosinas infantiles: “los niños se llevan lo que se ve más bonito... lo de color y sabor artificial”. Echemos ahora un vistazo a los productos del dominio industrial, aquel que comprende los comestibles considerados por las informantes como no nutritivos por las técnicas empleadas en su procesamiento o conservación. Aunque las informantes se mueven dentro de un mismo horizonte crítico sobre este dominio, algo que destaca de inmediato es la abundante y heterogénea percepción popular sobre el riesgo y la seguridad que se genera y concentra en el consumo de esta clase de alimentos. Analicemos entonces las modalidades y el rango de este horizonte. Entre lo captado están las expresiones relativas a: a) las sensaciones que despiertan dichos comestibles, b) el conocimiento de lo que carecen; y c) el saber sobre la toxicidad de su contenido. Así, las tortillas de tortillería “no caen bien” porque “se sienten vacías” o saben “como cartoncillo”. Por otra parte, el conocimiento de las carencias alimentarias de los productos industrializados se expresa de diversas formas. Un artículo tan cotidiano como los cereales de caja, se consideran “un bagazo”,porque “ya les sacaron todo”.Otras de las percepciones en torno a los alimentos industrializados, se refieren a una supuesta toxicidad de sus contenidos, lo que representa distintos grados de riesgo para la salud del consumidor. Dicho saber popular se ejemplifica con muchos productos. Del chorizo artesanal se diceque “tiene pintura”; los consomés en polvo se creen elaborados “concochinadas... lo único que contienen es sal y saborizantes...,de las sopas instantáneas (hoy tan de moda) se dice que “tienen mucho popó de ratón”,etc. Cuando a las mujeres informantes les comentamos en una sesión de grupo –que “poco veneno no mata”– respecto al riesgo para la salud que representan los distintos conservadores contenidos en los alimentos, una de ellas respondió muy convencida, como sigue:no mata luego-luego, pero al cabo del tiempo se va congelando todo eso...y ya cuando es mucho, ahí es donde se estrella el cuerpo. En el tercer y último dominio de las expresiones sobre seguridad alimentaria, están aquellas referidas al riesgo genérico o ambiguo percibido desde distintas posiciones. Primeramente, presentaremos las expresiones correspondientes a una postura matizada o moderada. Un ejemplode ésta es el referido a las carnes expendidas en los autoservicios, que según una de las informantes no les parece “un buen alimento [...] porque las tienen bastante tiempo refrigeradas”. Una segunda posición, de carácter extremo o absoluto, se refleja en las expresiones que rechazan enbloque a un conjunto dado de alimentos industrializados. Un ejemploconcreto de ello es la percepción negativa sobre los aditivos, colorantes y conservadores que se emplean de modo frecuente en la producción industrial de alimentos. Una mujer lo resumió así: “yo pienso que han deser malos todos”.Finalmente, una tercera posición asumida frente al riesgo alimentario es la que indica una autopercepción de ignorancia y vulnerabilidad respecto a la alimentación moderna en general. Un buen ejemplo de eso es lo que se pregunta y responde con desazón un informante: “Ahora uno ya no tiene la información que antes tenía [...]. Por eso a veces: ‘¿De qué está hecha la sopa M?’. Pues no sabemos”. Este tipo de preguntas se las hacen cotidianamente muchas personas en distintos puntos del planeta, y son una expresión del sentido creciente de ansiedad alimentaria, denominado gastro-anomía (Fischler 1995). Otro magnífico ejemplo de la percepción ambigua del riesgo, es la siguiente expresión que vincula dos campos de significados, el alimentario y el de la salud: Ahora se enferma más la gente [...] porque todo es más débil [...] porque se produce a base de puras químicas. Esta forma de percibir el riesgo alimentario tiene una tipicidad que hemos captado en otra ciudad y entre capas medias de la población, la cual elabora representaciones críticas respecto a los alimentos producidos con métodos intensivos de cultivo y crianza, y a sus consecuencias perniciosas en la salud de los consumidores. A manera de postre El propósito de hacer una exploración cualitativa de los significados de la seguridad y el riesgo alimentario entre familias de bajos recursos se ha alcanzado al aplicar la técnica de grupos de discusión al estudio de la percepción social de esa importante cuestión. Con el apoyo de la literatura socioantropológica referida a la clasificación cultural de los alimentos, he encontrado distintas fronteras que las mujeres informantes trazan sobre los alimentos que conocen. Fronteras que tienen que ver con la cotidianidad, el carácter tradicional y la modernización de la cultura alimentaria. Es conveniente advertir que estas fronteras se sitúan principalmente en el ámbito de los sentidos cualitativos de la seguridad alimentaria (“food safety”), relegando los sentidos cuantitativos del acceso en cantidad y variedad a los alimentos. Esto es comprensible pues los datos provienen tan sólo de dos sesiones de grupo y entre personas que no sufren niveles críticos de pobreza. Es destacable que, de la ancestral clasificación frío-caliente (AguirreBeltrán, 1963), no apareció ni un leve rastro entre el discurso de las informantes, a pesar de su mayoritaria procedencia rural y su ubicación generacional preponderante (más de 40 años). Quizás sea acertada la opinión de antropólogos de campo, como el Mtro. Alfredo Pablo Maya, de que en los estudios socioantropológicos de la alimentación mexicana esté enteramente superada dicha concepción aún en el estudio de comunidades indígenas que conservan vigorosamente sus tradiciones culturales. En lugar de ello, me parece que Douglas (1973) ofrece un enfoque más apropiado para la comprensión de una visión–porción de las percepciones de riesgo encontradas en nuestro estudio. Se trata de que la visión patogénica o infecciosa aparece en forma velada en la clasificación de riesgo hacia algunos alimentos perecederos de cuya calidad se duda en virtud de su conservación y manejo, como en los ejemplos referidos en la tercera parte del texto.Sin embargo, en nuestro segmento de informantes, la mayor porción de expresiones significativas de riesgo y seguridad se pueden cobijar en una interpretación diferente: como la de una reacción crítica ante la modernidad a través de distintas representaciones. En éstas, suele surgir una percepción negativa sobre los costos para la salud del consumidor que generan las modernas tecnologías agropecuarias, o las cuales han abandonado los métodos “naturales” de crianza, engorda o cultivo. El concepto de gastroanomia y la del carácter estructural del riesgo en nuestra sociedad global, parecen ayudarnos a comprender esa percepción de la (in)seguridad alimentaria.Otro hallazgo de mi estudio exploratorio es que en el discurso generado por las participantes, se detecta que la delimitación de fronteras entre lo seguro y lo riesgoso en torno a los alimentos, se basa en las creencias y hábitos inculcados y apropiados desde la socialización primaria y posteriormente modificadas por sus experiencias políticas y laborales. Estamos pues, ante una operación clasificatoria donde lo que se aprendió acomer de niña, en el rancho o pueblo de origen, en el seno del hogar materno, resulta, de grande, y en los lugares a donde emigraron, como lo más “sano”, “seguro” y “sabroso”.Y a esta operación simbólica de las informantes coadyuva el contextode los modernos sistemas de comercio e industrialización alimentaria que impulsan a la comida hacia la deslocalización y el tránsito de lo privado hacia lo público-mercantil. La deslocalización se ha generadocon los procesos en los que las variedades de alimentos, los métodos de producción y los modelos de consumo se difunden por todo el mundo, através de una red cada vez más intensa y creciente de interdependencia socioeconómica y política (Pelto y Pelto, 1990). Un efecto visible de la deslocalización es la ruptura de la estacionalidad y regionalización del abasto, con el consiguiente desdibujamiento de los perfiles conocidos en los bienes consumidos. En el mismo sentido, conviene destacar el hecho de que las percepciones sociales de las informantes, en cuanto a delimitación de fronteras entre seguridad y riesgo alimentario, se configura con mayor nitidez y fuerza en torno a las fases de producción y distribución de la cadena agroalimentaria, y menos en las fases de adquisición, preparación y consumo. Esto puede estar relacionado con la evolución del patrón alimentario de nuestro país durante la segunda mitad del siglo XX. Hasta los años cincuenta, en el medio rural la comida era, en general, pobre en cantidady calidad (Torres y Trápaga, 2001, p. 219 y ss.) y monótona en el tiempo; mientras que a fines del siglo, la alimentación de la población rural tendía a una mayor integración al mercado y una diversificación consistente en mayores consumos de productos de origen animal e industrializados. Por su parte, en el medio urbano, cambios generalizados en patrón alimentario fueron el mayor consumo de productos de origen animal y derivados del azúcar (refrescos y otras manufacturas). Estamos pues, ante un contexto de evolución del patrón alimentario en el que continúan componentes ancestrales de la dieta o menú (maíz, frijoles y algunos vegetales autóctonos) que se consumen en las preparaciones y combinaciones acostumbradas, a la vez que irrumpen nuevos elementos en la dieta, cargados de mayor prestigio social y con el apoyo de la publicidad y hasta de la promoción oficial en un amplio lapso (este el caso de los alimentos de origen animal). Así, esta evolución general de pautas alimentarias en México, resulta el escenario de las percepciones de las mujeres informantes, entre las cuales destacan sus preocupaciones por las modalidades de producción y manejo de un abasto de alimentos cada día más ajeno a la localidad y región y crecientemente industrializado. En este sentido, la clasificación de los alimentos en comestibles, dañinos e inaceptables, se resuelve por senderos simultáneamente tradicionales y críticos de la modernización. Notas y referencias bibliográficas 51 Época II. Vol. X. Núm. 19, Colima, junio 2004, pp. 31-51 Bibliografía Aguirre Beltrán, Gonzalo (1963). Medicina y magia. El proceso de aculturación enla estructura colonial. México, Instituto Nacional Indigenista. Bourges R., Héctor (1990). “Costumbres, prácticas y hábitos alimentarios”, Cuadernosde Nutrición, Vol. 13, No.2, 3ª. Época, año X, México, Fomento de Nutrición y Salud A.C., 17-32 pp. Certeau, Michel de (1999). La invención de lo cotidiano. 2: Habitar, cocinar. México,Universidad Iberoamericana-ITESO, 271 pp. Contreras Hernández, Jesús (1993). Antropología de la alimentación. Madrid,Eudema, 96 pp. Chávez, Adolfo y Miriam (1995). La nueva alimentación. Cómo evitar nuestra desnutrición oculta y el envejecimiento prematuro. 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sábado, 17 de febrero de 2007

REFORMA AGRARIA Y DESARROLLO RURAL

«Nota técnica» de la Santa Sede sobre la reforma agraria y el desarrollo rural Con motivo de la Conferencia Internacional sobre la reforma agraria y el desarrollo rural, organizada por la FAO del 7 al 10 de marzo de 2006 en Porto Alegre (Brasil), la Santa Sede preparó una «Nota técnica», cuyo texto presentamos a continuación.
* * *
1. La Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural que la FAO, en colaboración con el gobierno de Brasil, ha convocado en Porto Alegre, es una ocasión para una reflexión atenta sobre la situación del mundo rural y para responder con respuestas adecuadas al ansia de justicia y al deseo de desarrollo de todos aquellos que viven en él. Frente a nosotros se presentan temas importantes para la familia humana que, por lo mismo, también interpelan directamente a la Santa Sede y a la Iglesia católica que, conforme a su naturaleza y misión, se sienten llamadas a sostener la causa del hombre en cualquier circunstancia. Los responsables de los Estados, de las Organizaciones Internacionales y de las organizaciones que son expresión de la sociedad civil tienen la oportunidad de examinar los compromisos asumidos anteriormente y las actuaciones que de ellos han dimanado y, al mismo tiempo, de proponer orientación para el futuro de más de 900 millones de personas que, representando a las tres cuartas partes de la población pobre del mundo, viven en zonas rurales en situaciones de pobreza extrema (1). Un futuro que se presenta siempre más incierto, como indican las informaciones sometidas a la consideración de la Conferencia, y que, por ello, requiere la intervención necesaria, sea mediante la acción de cada uno de los países o a través de las diversas iniciativas ofrecidas por la cooperación internacional. No sólo se trata de robustecer la solidaridad internacional, para afrontar de modo consciente los grandes desafíos planteados por el objetivo del desarrollo de los pueblos y, dentro de este, por la tarea específica de garantizar a la humanidad una seguridad alimentaria efectiva, sino que también se trata de dar respuestas válidas a los anhelos de los trabajadores de la tierra, pequeños campesinos, artesanos, y sus familias, que viven y trabajan en el mundo rural. Se ha de evitar el riesgo de considerar el mundo rural una realidad secundaria o, aún más, olvidada, favoreciendo de esta forma la pérdida de aquellos elementos de orden social, económico y espiritual que lo caracterizan. 2. La situación del mundo rural de hoy evidencia cómo el intercambio global, el uso de las técnicas modernas y los constantes progresos de la investigación, permiten rápidos aumentos de la producción como también de los índices de desarrollo humano. Se trata de una realidad que no puede dejarse de lado o rechazarse, sino que debe acogerse y valorarse de modo positivo, de forma que se reconozca como un instrumento de la creación ofrecido a la familia humana, y no como un elemento que altera el orden natural. «Es preciso reconocer que el progreso técnico, aun siendo necesario, no lo es todo. Sólo es verdadero progreso el que salvaguarda íntegramente la dignidad del ser humano y permite a cada pueblo compartir sus recursos espirituales y materiales en beneficio de todos» (2). La cuestión está conectada directamente con los temas tratados por la Conferencia, de modo especial cuando, frente al ideal del destino común de los bienes, éstos, por el contrario, se concentran en las manos de unos pocos, excluyendo a cuantos no están en posición de poderlos gozar, que se ven limitados en sus aspiraciones más íntimas e incluso privados de la condición esencial de la dignidad. Al considerar las numerosas cuestiones ligadas a la reforma agraria y al desarrollo rural resulta, de hecho, oportuno el inmutable principio de que «Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos» (3), como criterio inspirador y participativo de un orden social y económico capaz de implicar y motivar a cada miembro de la familia humana. En base al mismo, la Doctrina Social de la Iglesia ha remarcado en numerosas ocasiones la condena del latifundio como intrínsecamente ilegítimo (4). Este criterio asume mayor importancia al pensar en la distribución desigual de los bienes dentro de un mismo país, que determina, sobre todo en las áreas rurales de los países en vías de desarrollo, condiciones de vida lejanas de la satisfacción de las necesidades básicas. En el mundo rural, las situaciones de miseria, de explotación, de falta de acceso al mercado, de descontento social, se vuelven más marcadas cuando quienes trabajan la tierra carecen de garantías de tutela. De hecho, están sometidos a precarias condiciones de vida, puesto que su trabajo está condicionado por las situaciones climáticas y naturales adversas, como también por el hecho de no poder disponer de recursos con los que afrontar la escasez o la pérdida de las cosechas, con el consiguiente abandono gradual de las actividades agrícolas, con la ilusión, muchas veces engañosa, de encontrar en las áreas urbanas mejores respuestas a las condiciones de pobreza. Sobre tal situación de precariedad de las zonas rurales de los países en vías de desarrollo incide también el sostenimiento generalizado, por parte de los países con un bienestar más avanzado, a la producción agrícola, al comercio de los productos de la tierra y al consumo de alimentos. Introducir correcciones a esta situación también implica hacer un llamamiento a un concepto concreto de justicia, capaz de hacerse realidad en políticas, reglas, normas y acciones solidarias. 3. Hay otro elemento que condiciona el futuro de las zonas rurales y tiene que ver con la responsabilidad de las generaciones actuales con respecto a la conservación y protección de la naturaleza y de sus recursos, así como de los distintos ecosistemas que pertenecen al mundo rural (agrícola, forestal, de la fauna, hídrico, atmosférico). Con frecuencia, la falta de una correcta relación entre la tierra y quien la cultiva, la incertidumbre en el título de propiedad o en la posesión, la imposibilidad de acceder a un crédito, como también otras situaciones que tienen que ver con los pequeños agricultores, son causa de una excesiva explotación de los recursos naturales sin otro objetivo que el rendimiento inmediato. Y todo esto a costa de la fertilidad futura de los terrenos, del respeto de los ciclos de las estaciones y de la conservación de las superficies cultivables para el uso de las generaciones futuras. La experiencia madurada hasta la fecha muestra, sin embargo, que el solo criterio de la sostenibilidad ambiental, puesto en el centro de las estrategias de desarrollo en los últimos decenios, no podrá constituir una respuesta eficaz si no se funda sobre una auténtica ecología humana que, exigiendo la responsabilidad del ser humano hacia sí mismo, el prójimo, la creación y el Creador, sea capaz de reconocer que «el hombre es, ante todo, un ser que busca la verdad y se esfuerza por vivirla y profundizarla en un diálogo continuo que implica a las generaciones pasadas y futuras» (5). 4. «La primera estructura fundamental a favor de la «ecología humana» es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué quiere decir en concreto ser una persona.» (6). También en las zonas rurales, una enraizada y sana concepción de las relaciones humanas entiende la importancia de la familia: la familia rural está de hecho «llamada a gestionar con su trabajo la pequeña empresa familiar, pero también a transmitir la idea de relaciones basadas en el intercambio de conocimientos recíprocos, valores, ayuda pronta y respeto». (7) Esto significa que si la familia encuentra obstáculos o no es capaz de asumir su función, es la comunidad rural en su conjunto la que sufre graves y penosas consecuencias: es lo que ocurre cuando la concepción del matrimonio y de la vida familiar se separa de los orden de valores propio de ella, o en las relaciones del núcleo familiar se insinúan o prevalecen consideraciones de carácter egoísta, hedonista o simplemente materialista. Una aplicación correcta de tal realidad a las exigencias del desarrollo rural exige que se reconozca que la familia, como otras agregaciones y formaciones sociales primarias, precede al aparato institucional estatal y ha de respetarse y valorarse debidamente en su esencia y en su organización del régimen de propiedad, de la actividad productiva y del uso de las técnicas de trabajo. Examinando la imagen que una autentica realidad de familia puede imprimir al orden social, volvemos a encontrar una aplicación de aquel principio de subsidiariedad que la Comunidad internacional considera un instrumento regulador de toda relación y, por tanto, recurrente en la definición de las formas institucionales y de las leyes económicas. A través de la subsidiariedad los mismos poderes públicos, desde el ámbito local hasta la más amplia dimensión internacional, pueden actuar verdaderamente en el desarrollo de las zonas rurales, teniendo a la vez en mente el bien común, sabiendo, no obstante, que sólo podrá llevarse a la práctica si se presta atención de forma proporcionalmente más intensa a cuantos se encuentran en situación de mayor necesidad. Los campesinos sin tierra y los pequeños agricultores son, en este sentido, los primeros que deben recibir atención en el cuadro de los programas orgánicos de cooperación, fundados en la asociación con la sociedad civil local, y que garantizan un desarrollo concreto que sepa valorar su misma realidad social, cultural, religiosa, económica e institucional. 5. La reflexión exigida a los Estados que toman parte en la Conferencia comprende, entre otros temas, la cuestión de la propiedad de la tierra, elemento de importancia fundamental en las políticas económicas y agrarias de forma que se promueva, de modo eficaz, el desarrollo rural y, al mismo tiempo, se garantice la justicia social, la estabilidad política y la coexistencia pacífica. De hecho, como han puesto de relieve numerosos análisis económicos, ya se sabe que la falta de capacidad para acceder a la tierra es una de las principales causas de la pobreza rural. Se trata de una compleja realidad que suele exigir reformas agrarias orgánicas que no pueden reducirse a una simple repartición y asignación de la tierra, sino que han de insertarse en estrategias de desarrollo rural que, además de prever las inversiones necesarias en infraestructuras públicas y servicios sociales, consideren las peticiones del sector agrícola, la profesionalidad al proyectar los planes de reforma, su organización y gestión. La cuestión se vuelve aún más preocupante cuando situaciones de conflicto, epidemias y emigraciones forzadas hacen que caiga la responsabilidad del núcleo familiar exclusivamente sobre la mujer. Con frecuencia, usos y normas tradicionales impiden a la mujer el acceso a la propiedad de la tierra, lo que exige actuaciones dirigidas a dar a la mujer, que se encuentra en el centro de las responsabilidades familiares y sociales, un reconocimiento jurídico justo de su papel y de su capacidad. La reducción de la concentración de la tierra se orienta al «incremento de las remuneraciones, la mejora de las condiciones laborales, el aumento de la seguridad en el empleo, el estímulo para la iniciativa en el trabajo; más todavía, el reparto de las propiedades insuficientemente cultivadas a favor de quienes sean capaces de hacerlas valer». (8) Esto puede significar la promoción de formas de empresa, entre las que la empresa agrícola familiar asume un importante papel, y de estructuras corporativas capaces de actuar de modo autónomo y eficaz, de posibilidades de acceso al crédito para los pequeños agricultores y de una formación que responda a las concepciones modernas ligadas a las oportunas tecnologías y a la producción y comercialización agrícola. (9) Actuando de esta forma se podrán impedir repercusiones en el nivel de producción y en las dinámicas migratorias de la población, debido a las cuales se asiste con frecuencia al abandono de las tierras y a una excesiva presión demográfica en torno a los grandes centros habitados o hacia zonas desprovistas de las infraestructuras necesarias. En este ámbito, se ha de examinar la importancia de apoyar las peculiaridades de las comunidades indígenas que fundan su identidad, su cultura y su espiritualidad, en la relación ancestral con la tierra, y cuya estructura social considera el uso de la tierra consecuencia de una propiedad común. Con demasiada frecuencia, situaciones ligadas a la actividad económica, a la explotación de los recursos naturales y a la construcción de estructuras, han interrumpido esta relación impidiendo el uso de las tierras, con el consiguiente abandono de los métodos de producción ligados al conocimiento tradicional. Cada actuación de reforma agraria que favorezca a las comunidades indígenas deberá garantizar no sólo una efectiva protección de sus derechos sobre la tierra, sino también promover un desarrollo global adecuado, que sobre todo no los discrimine respecto a otros componentes de la población. 6. La Santa Sede siempre ha prestado una particular atención al mundo rural y a sus valores, consciente de que sus principales características – dimensión a medida del hombre, inmediato conocimiento del orden, de la armonía y de la belleza del cosmos, satisfacción por el trabajo, intercambio generoso de servicios entre individuos y correctos intercambios recíprocos, por citar algunas – se encuentran en todos los tiempos y en todos los lugares del planeta. Es consciente, además, de la importancia que la sociedad rural atribuye al aspecto religioso, presente en la vida individual y comunitaria, en la vida laboral y familiar y, sobre todo, como fundamento de los principios morales capaces de permear la realidad social haciéndola estable e íntegra frente a las adversidades y obstáculos de cada día. La Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural puede constituir una importante oportunidad para reconocer la verdadera identidad del mundo rural y la realidad de cuantos en él viven si, al centro de todas las preocupaciones, se coloca a la persona humana, la tutela de su dignidad y la defensa de sus derechos fundamentales. Se trata de un presupuesto que puede salvaguardar no sólo los valores de los que es portador el mundo rural, al evitar que se instauren modelos ligados a opciones egoístas e inspiradas únicamente en las leyes económicas, sino también garantizar la actuación de las distintas políticas nacionales, así como dar a la actuación internacional la esperada y duradera eficacia. Las soluciones técnicas, complejas y útiles, no resultan eficaces si carecen de la necesaria referencia a la centralidad de la persona humana que, en su inseparable dimensión espiritual y material, es el origen y el fin de toda decisión y acción llevada a cabo por los Estados y por las Instituciones de la Comunidad Internacional. ------------------------ (1) IFAD: «Rural Poverty Report 2001», Oxford University Press, 2001. (2) Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a los participantes en la XXXIII Conferencia de la FAO, Roma, 24 de noviembre de 2005. (3) Gaudium et spes, n. 69. (4) Pablo VI: Populorum Progressio, n. 23, 1967; Pontificio Consejo «Justicia y Paz»: «Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria», nn. 32-34, 1997; Pontificio Consejo «Justicia y Paz»: «Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia», n. 300, 2004. (5) Juan Pablo II, Centessimus Annus, nn. 38 y 49. (6) Juan Pablo II, Centessimus Annus, nn. 39. (7) Intervención del cardenal Angelo Sodano en la ceremonia conmemorativa del 60º aniversario de la fundación de la FAO, Roma, 17 de octubre de 2005. (8) Gaudium et spes, n. 71. (9) Pontificio Consejo «Justicia y Paz»: «Para una mejor distribución de la tierra. El reto de la reforma agraria», 1997. ZS06040101

domingo, 11 de febrero de 2007

ANTROPOLOGIA DE LA ALIMENTACION -NATURALEZA HUMANA

NATURALEZA HUMANA
SERIE PERMANENTE INCORPORADA A TODAS LAS CULTURAS
(A) IMPULSO (B) ACTO (C) SATISFACCIÓN
Respiración Inspiración de Oxigeno Eliminación de CO2 de los Tejidos
Hambre Ingestión de alimentos Saciedad
Sed Absorción de líquido Satisfacción
Apetito sexual Cópula Detumescencia
Fatiga Reposo Restauración de la energía muscular y
Nerviosa
Vigilia Actividad Satisfacción de la Fatiga
Somnolencia Sueño Despertar con renovadas energías
Presión vejigal Micción Alivio de la tensión
Presión intestinal Defecación Relajamiento abdominal
Temor Huida del peligro Sosiego
Dolor Evitar por medio de Retorno al Estado normal
Un acto efectivo

NECESIDADES BÁSICAS Y SUS CONCOMITANTES CULTURALES
(B)
NECESIDADES BASICAS CONCOMITANTES CULTURALES
1. Metabolismo 1. Abasto
2. Reproducción 2. Parentesco
3. Bienestar corporal 3. Abrigo
4. Seguridad 4. Protección
5. Movimiento 5. Actividades
6. Crecimiento 6. Ejercitación
7. Salud 7. Higiene
Metabolismo: Significa que los procesos de ingestión de alimentos, digestión con sus correspondientes secreciones, absorción de sustancias nutritivas y expulsión de excrementos, están relacionados de distintas maneras con los factores ambientales y con la interacción entre el organismo y el mundo externo, interacción culturalmente trabada. Aparecen aquí tanto la provisión de alimentos líquidos o sólidos, como procesos de excreción que están determinados por el metabolismo. No nos referimos tanto al impulso del hambre como a la inspiración del aire, o la sensación de sed
Reproducción: Nos referimos al impulso individual del sexo y a su cumplimiento en algún caso particular. Llenar claros en la naturaleza.
Bienestar corporal: Se refiere al grado de temperatura, porcentaje de humedad y ausencia de sustancias nocivas que estén en contacto con el cuerpo, todo lo cual debe permitir que procesos fisiológicos como la circulación. La digestión, las secreciones internas y el metabolismo pueda cumplirse en un sentido puramente físico. Probablemente la temperatura es el elemento más significativo.
Movimiento:
Expresa que la actividad es tan necesaria al organismo como indispensable a la cultura. Condiciones generales bajo las que el grupo humano vive y coopera y en que algunos de sus miembros deben obtener algo por medio de la iniciativa y la actividad
Crecimiento o Desarrollo:
Los seres humanos en su infancia dependen de los mayores. La madurez es un proceso lento y gradual. La edad senil deja al individuo indefenso. Los fenómenos de crecimiento madurez y decadencia imponen a la cultura condiciones definidas. Ninguna cultura podría sobrevivir si al infante se le descuida completamente después del nacimiento. (No ocurre con algunas especies animales.
Salud:
Necesidad biológica, importa el mantenimiento del organismo en condiciones normales, en cuanto a sus aptitudes para la producción de energía
Abasto
Partiendo de la necesidad de nutrirse, hallaremos actos de comensalía. Los individuos comen juntos. La comida es preparada, elegida, cocinada puesta a sazón. Se usan ciertos utensilios para comer, actitudes en la mesa, y así las condiciones del acto aparecen definidas. En toda sociedad humana el acto de comer se cumple dentro de una institución (familia, establecimiento comercial, hotel) un lugar fijo con una organización, a veces la cocina funciona aparte, almacenamiento, la transferencia al consumidor se hace por medio de instituciones.
En nuestra cultura puede ocurrir que se le cocine a miles de millas como el salmón envasado en Alaska la Langosta en Africa del Sur
Existen condiciones culturales en las que la producción, distribución, preparación y consumo de los alimentos se llevan a cabo dentro de una institución. (familia)
Métodos para preservar y almacenar, utensilios materiales
Reglas mínimas de conducta y sanciones para mantener el orden, la ley y la costumbre del grupo que deben ser establecidos y conservados a fin de que la cadena total de actividades marche fácilmente
Normas de conducta referentes a la técnica de cada actividad particular
Reglas que atañen a la regulación del apetito
Maneras de consumir las comidas
La conducta regulada aparece y se sustenta en dos procesos, El adiestramiento y la autoridad.
Parentesco:
Procesos creativos que en las culturas humanas corresponden al ayuntamiento y fases reproductivas de la vida animal
La criatura humana necesita la protección de los padres por un periodo muy largo
No podría subsistir una cultura en la que el acto de la reproducción o sea la cópula, la gravidez y el alumbramiento, no estuviera ligado con el hecho legal de la paternidad.
Paternidad: Relación por la cual el padre y la madre deben velar por los niños durante u largo periodo y a su vez recibir ciertos beneficios de sus cuidados y desvelos
En muchas sociedades el noviazgo es una institución, club o casa de hombres solteros, barrio de niñas casaderas etc.
Con el embarazo y el nacimiento el matrimonio se transforma en maternidad y paternidad.
Un conjunto de reglas de conducta se hacen aplicables a la mujer y el hombre son válidas por creencias que se refieren al bienestar del nuevo ser y posteriormente se vuelven de interés público
Abrigo:
Ropa y demás elementos usados por el hombre para mantener el cuerpo en su óptima temperatura, fuego, lugares cerrados, aseo
Indumentaria sencilla o complicada, producida por el grupo familiar bajo el régimen de la economía doméstica
Donde existe la división de funciones por fábricas o establecimientos organizados.
Normas de conducta, propiedad, aseo, tabúes mágico-religiosos, educación práctica
Protección:
Organización de la defensa contra los peligros naturales o cataclismos, contra ataques de los animales o de la violencia humana
Implican instituciones como la casa, el municipio, el clan, el grupo de edad, la tribu
La protección consiste frecuentemente en prever y planear
Construir casas sobre pilotes, plantados en tierra sólida o en lagunas, lagos
Escoger el sitio apropiado para evitar peligros
Interviene el factor económico en los principios de selección, construcción y mantenimiento técnicamente planeados y cooperativamente ejecutados
Organización de FF. AA. Para la resistencia y la agresión
Escoger el sitio apropiado para evitar peligros
Interviene el factor económico en los principios de selección, construcción y mantenimiento técnicamente planeados y cooperativamente ejecutados
Organización de FF. AA. Para la resistencia y la agresión
Actividades:
El organismo humano normal y descansado necesita movimiento es un imperativo impuesto por la N.H. A la civilización
Sin actividad muscular y definida orientación del sistema nervioso, el hombre no realiza cosa alguna.
Los sistemas de actividades corporales relacionados con la economía, la organización política, la exploración del medio, el contacto con otras comunidades, están vinculados con las tensiones musculares individuales y su excedente de energía nerviosa
Instrumentales encaminados a satisfacer otras necesidades: deportes, juegos, danzas, festividades
Crecimiento:
Manera en la cual se ejercita el individuo gradualmente en las prácticas, se le enseña el idioma y otros elementos simbólicos de su cultura y se hace ingresar en una serie muy amplia de instituciones de las que llega a ser miembro efectivo cuando alcanza la plena madurez y asume su papel como ciudadano del grupo.
Entran aquí problemas planteados en Cultura y Personalidad
El crecimiento del grupo es un proceso continuo complejo que nos da la llave de muchos problemas fundamentales de la organización humana, tecnología, saber y ciencia.
Higiene:
Entran aquí problemas planteados en Cultura y Personalidad
El crecimiento del grupo es un proceso continuo complejo que nos da la llave de muchos problemas fundamentales de la organización humana, tecnología, saber y ciencia.
Naturaleza de las Necesidades derivadas:
Son los imperativos culturales, impuestos al hombre por su propia tendencia a extender su seguridad y su bienestar, manifestaciones del movimiento, acrecentar la velocidad, preparar máquinas de producción y destrucción, dispositivos protectores y construcción de medios de ataque. Ciertos nuevos tipos de conducta aparecerán implícitos en todos los concomitantes culturales
Podemos deducir que el hombre debe cooperar económicamente
Establecer y mantener el orden
Educar los nuevos individuos como ciudadanos
Proporcionar medios de compulsión en estas actividades
Con el objeto de que aparezcan claros los procesos de derivación y jerarquía vemos como:
el saber, la religión, la economía, los mecanismos legales,
el adiestramiento educativo y la creación artística, están directa o indirectamente relacionadas con las necesidades básicas o fisiológicas-

jueves, 8 de febrero de 2007

LA REPRODUCCION HUMANA ARTIFICIAL (ANTROPOLOGIA GENERAL)

Orientaciones del episcopado español sobre la reproducción humana artificialCIUDAD DEL VATICANO, sábado, 1 abril 2006 (ZENIT.org).- Publicamos algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la Ley que la regulará en España publicadas este 30 de marzo por la Conferencia Episcopal Española.
Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la Ley que la regulará en España Madrid, 30 de marzo de 2006
Introducción La reproducción humana artificial, llamada generalmente «asistida», goza ya de una amplia aceptación social. Su práctica es legal en España desde 1988. Desde entonces los centros que ofrecen este «servicio» se han difundido prácticamente por toda la geografía española. No son pocos los niños que han llegado a nacer gracias a fecundaciones realizadas en los tubos de ensayo: los llamados bebés-probeta. El primero de ellos que se produjo en España ha cumplido veinte años en 2004. Da la impresión de que, por fin, la ciencia ha encontrado la manera de proporcionar hijos a quienes no los pueden tener y de eliminar así sufrimientos, sin perjudicar -según se dice- a nadie. Eso es lo que mucha gente piensa. Y sobre la ola de esta opinión favorable, el Gobierno ha llevado a las Cortes una nueva Ley de Reproducción que promete mejorar las perspectivas de curación y de felicidad. Sin embargo, las apariencias engañan. La opinión políticamente correcta no coincide, en este caso, como en tantos otros, con la opinión científica y éticamente bien fundada. Lo saben los católicos que conocen el Evangelio de la vida y sus implicaciones morales. Y lo saben también todas las personas que se han formado un juicio propio de acuerdo con los datos de la ciencia y los principios de la ética humanista y no siguiendo los eslóganes y las informaciones interesadas de la industria productora de niños y de los laboratorios de investigación biomédica. Todos ellos saben que, a pesar de ciertas apariencias y de los éxitos técnicos conseguidos, la producción de seres humanos en los laboratorios es una práctica que choca con la dignidad de la persona y que trae consigo numerosos abusos y atentados contra las vidas humanas incipientes, es decir, contra los hijos.


1. ¿Por qué es contraria a la dignidad de la persona la producción de seres humanos en los laboratorios? Hablamos de la dignidad de la persona para expresar el valor incomparable de todo ser humano. Las personas valen por sí mismas; son insustituibles: no podemos ponderar su valor comparándolas con otras personas ni, mucho menos, con cosas. Por eso decimos que la persona es siempre sujeto, fin en sí mismo, y nunca objeto o medio para otro fin. A diferencia de las cosas, las personas no valen más unas que otras, porque el valor de cada una de ellas es, en cierto sentido, absoluto. Las personas, por tanto, no deben ser tratadas nunca como objetos de cálculo o como puros medios para algo. En cambio, los objetos o las cosas, que son intercambiables entre sí, pueden ser tratados como medios al servicio de los seres humanos. Pues bien, la acción técnica de producir es apropiada para fabricar objetos, pero es completamente inapropiada para ser aplicada a las personas. Cuando se producen seres humanos en el laboratorio, se comete una injusticia con ellos, porque se les está tratando como si fueran cosas. La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados. La procreación es un acto plenamente personal, es decir, que consiste sólo en la unión fecunda de los padres, que se entregan el uno al otro en cuerpo y alma. Por tratarse de una relación puramente personal -no instrumental- la procreación es conforme con la dignidad personal del niño procreado, que viene así al mundo como un don otorgado a la mutua entrega personal de los padres y no como un producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos. Producir seres humanos en los laboratorios no es inmoral porque la técnica o lo artificial hayan de ser valorados negativamente. Al contrario, la técnica y el artificio son, en principio, buenos, como fruto del ingenio humano puesto al servicio del hombre. Toda la medicina es un arte o una técnica, en principio, espléndida. Pero llamar a un ser humano a la existencia es mucho más que un acto médico o un acto técnico. Producir seres humanos en el laboratorio es inmoral, porque la producción no es un acto personal como el requerido por la convocatoria de una nueva persona a la existencia. Es un acto técnico que trata objetivamente a los niños como si fueran cosas y no personas. «Una tal relación de dominio es en sí contraria a la dignidad e igualdad que debe ser común a padres e hijos»[1]. El grado de inmoralidad es mayor cuando los hijos son producidos quebrando la realidad del matrimonio o completamente al margen de ella.

2. ¿Por qué hay que tratar desde el primer momento al embrión con el respeto que merece todo ser humano? La producción instrumental de seres humanos favorece una mentalidad cosificadora de los hijos. Han sido conseguidos como se consiguen las cosas y, casi sin quererlo, se comienza a pensar sobre ellos como si se tratara de algo que se encuentra ahí a disposición del productor para uno u otro fin. De hecho, la industria productora de seres humanos ha dado lugar, por primera vez en la historia, a la acumulación en los centros de reproducción de un número incalculable de embriones humanos que no van a poder ser gestados por ninguna madre que les dé a luz. Entonces se piensa en la utilidad que puedan tener esos embriones. ¡Signo evidente de la ilicitud de la producción de seres humanos, que los trata como si fueran cosas! Si se respetara la norma básica que dice: «los niños no se producen, se procrean», no nos encontraríamos ante el problema ético y humano, prácticamente irresoluble, de tantos embriones congelados en masa para un destino incierto y, al cabo, casi siempre fatal. Tampoco se practicaría, como suele ser habitual, la llamada reducción embrionaria, es decir, la sustracción de embriones del útero materno cuando resulta que han anidado en él más de los «deseables», ni se desecharía a aquellos que son considerados inadecuados para su transferencia al seno de la madre. Al embrión humano hay que tratarlo desde el primer momento de su existencia no como a una cosa, sino con el respeto que merece el ser humano. O ¿es que un individuo de la especie humana puede ser algo distinto de un ser humano al que asiste el inalienable derecho de ser tratado como tal? El embrión es un individuo humano diverso de cualquier otro. Los gametos de la mujer y del varón son células de sus organismos respectivos. Pero cuando un gameto masculino y un gameto femenino se unen, en la fecundación, dando lugar al embrión, aparece una realidad distinta del organismo del padre y de la madre que constituye ya un organismo diverso, es decir, un nuevo cuerpo humano incipiente. Y «donde hay un cuerpo humano vivo, hay persona humana, y, por tanto, dignidad humana inviolable.»[2] El Magisterio de la Iglesia enseña al respecto que «el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano a la vida.»[3] El embrión humano merece, pues, el respeto debido a la persona humana, porque «no es una cosa ni un mero agregado de células vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano. Todos hemos sido también embriones.»[4]

3. ¿Por qué es infundada y engañosa la definición de «preembrión» que trae la Ley de Reproducción que se está tramitando? La Ley de Reproducción de 1988 y la de 2003, ya hablaban de «preembrión», aunque sin definir lo que entendían por ello. La Ley que se está tramitando, en cambio, se atreve a decir, en la Exposición de motivos, que «define claramente el concepto de preembrión, entendiendo por tal al embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito desde que es fecundado hasta 14 días más tarde». El preembrión -dice, pues, el texto legal- es un embrión de menos de catorce días. Pero ¿significa ese límite temporal que el embrión sería durante ese tiempo primero algo realmente previo a él mismo, como parece sugerirse con poca fortuna en esta definición? En realidad no hay base científica ni filosófica para poder afirmarlo. Los científicos no son capaces de decir qué es lo que pasaría precisamente el día decimocuarto para justificar una especie de salto cualitativo en la realidad embrionaria. Se aduce que ése es más o menos el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también, que más o menos desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión, por haberse consolidado su implantación en la madre. Pero ni una cosa ni otra justifican que durante los primeros catorce días nos encontráramos con una fase «pre-humana» del desarrollo embrionario, durante la cual estaríamos excusados de tratar al embrión con el respeto debido a todo ser humano. Se puede afirmar que el embrión antes de la implantación en el útero es individual, pero divisible y, después, será ya individual e indivisible. Aun siendo todavía susceptible de división y menos viable que en fases posteriores, el embrión es, desde su comienzo en la fecundación, un cuerpo humano individual que ha iniciado ya un proceso de transformaciones en las que precisamente consiste su ciclo vital. Los cambios son más acelerados y profundos en los comienzos, como volverán a serlo también en las fases finales del ciclo, pero, se tratará siempre de un único proceso dotado de una continuidad fundamental, porque se trata del cuerpo de un mismo individuo o sujeto: en sus fases embrionaria, fetal, infantil, juvenil, adulta o anciana. La definición legal de preembrión carece, pues, de apoyo científico y filosófico. De hecho, se trata de una ficción legal que, lamentablemente, tiende a sugerir que, aun después de la fecundación, habría en el desarrollo embrionario una fase no humana, durante la cual el embrión humano no merecería el respeto debido a los seres humanos. Prueba de ello es que el término preembrión está en la actualidad totalmente en desuso dentro de la literatura científica especializada[5].

4. La nueva Ley de Reproducción ¿autoriza la producción de embriones humanos también para la investigación y para la industria y no sólo para la reproducción? Sobre la base de la ficción legal del «preembrión», la Ley de reproducción que se prepara en las Cortes priva al ser humano incipiente de la protección legal que una legislación justa le debería dar. Los derechos fundamentales de esos seres humanos, incluso el derecho a la vida, no son tutelados por esta Ley, que, por tanto, no puede ser calificada más que como gravemente injusta. La Ley no pone límite eficaz alguno a la producción de embriones en los laboratorios. Eso significa que muchos de ellos serán destruidos enseguida y muchos otros serán congelados. No se da una respuesta ética real al problema de la acumulación de embriones humanos en los tanques de congelación de los laboratorios, los llamados «embriones sobrantes». Pero se facilita una salida falsa al problema abriendo, por así decir, la veda a la utilización de los embriones congelados para fines de investigación e incluso industriales. En efecto, esta Ley, a diferencia de lo previsto por la Ley de 1988, que prohibía la producción de embriones humanos con un fin distinto que el de la reproducción, de hecho fomenta la producción de embriones con otros fines. Porque, además de no establecer límite eficaz ninguno a su producción, tampoco pone condición ninguna para su utilización como material de investigación, fuera del eventual consentimiento de los progenitores en algunos casos. Por ejemplo, al eliminar la obligación de congelar los embriones no implantados en el útero, podrán ser utilizados «en fresco» con este fin, es decir, inmediatamente después de haber sido producidos, con independencia de que estén vivos y de que sean viables. También se elimina la obligación, impuesta por la Ley de 1988, de demostrar que la investigación que se va a hacer con embriones humanos no pueda realizarse en modelos animales. En definitiva: el embrión es considerado como un mero material biológico, un mero agregado de células sin dignidad humana. Y recibe una tutela legal menor de la que se les otorga a los embriones de ciertas especies animales protegidas. Por eso, según el texto legal en preparación, tampoco se prohíbe «comerciar con preembriones o con sus células, así como su importación o exportación», ni «utilizar industrialmente preembriones, o sus células», ni «utilizar preembriones con fines cosméticos o semejantes». Todo esto constituían «faltas graves» en la Ley de 1988. En la actual desaparece esta tipificación, es decir, que todo ello pasa a ser algo permitido. Por otro lado, se permite expresamente la unión de células germinales humanas con las de animales, es decir, la creación de las llamadas «quimeras» o híbridos interespecíficos con la finalidad de ensayar con ellos.

5. El diagnóstico genético preimplantacional y la consiguiente selección de embriones sanos ¿es una técnica curativa o es, por el contrario, eugenésica? ¿Qué pasa con los llamados «bebés-medicamento»? Al amparo de la Ley de 1988, ya era posible investigar qué embriones eran portadores de enfermedades hereditarias con el fin de desaconsejar su transferencia al útero materno para procrear. Con esta práctica, naturalmente, los embriones no son curados, sino desechados y eliminados. Sólo los eventualmente sanos son transferidos o congelados. Es decir, que se selecciona a los enfermos para la muerte y a los sanos para la vida o la congelación. El nombre que la ética reserva para esta práctica es: eugenesia. La Ley que ahora se prepara legaliza nuevas formas de práctica de la eugenesia. Porque autoriza también expresamente este procedimiento «con fines terapéuticos para terceros». Es lo que a veces se llama la producción de «bebés-medicamento». Se trata de conseguir un niño que pueda actuar como «donante» compatible para curar a otro hermano suyo enfermo. Si inaceptable es ya el hecho de producir un niño, además, en este caso, como instrumento o medio en beneficio de otro, más grave es aún que todo ello se haga por el mismo procedimiento eugenésico antes descrito, es decir: eliminando a los embriones enfermos o no compatibles para conseguir el nacimiento de uno sano y compatible. Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a los sanos. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos.

6. ¿Y la clonación de seres humanos? ¿La acepta ya la nueva Ley? Cuando se conoció en 1997 que se había logrado producir una oveja clónica, casi todo el mundo reaccionó espantado ante la posibilidad de que esa técnica pudiera ser aplicada a los humanos. Porque se trata de producir mamíferos superiores por un método semejante a aquél por el que se reproducen algunos organismos inferiores de forma asexuada, es decir, por reduplicación de sí mismos. La oveja Dolly no tenía padres, porque era la réplica biológica casi exacta de otra oveja, en concreto, de aquélla de quien provenía el núcleo celular, con la correspondiente información genética, que se transfirió a un ovocito previamente liberado de su propio núcleo. Era un nuevo tipo de oveja que no era hija de nadie, sino copia de otra. ¿Se llegará a hacer lo mismo con los seres humanos? Hemos de decir que, lamentablemente, el primer paso en esa dirección ha sido dado en el momento en que se ha comenzado a producir seres humanos en los laboratorios. El segundo, cuando las leyes que regulan esta producción, como la española de 1988, la han disociado completamente del matrimonio. No se respeta el derecho del niño a nacer de un padre y de una madre conocidos para él. Es más, para proteger el anonimato de los donantes de esperma, y eventualmente la independencia de la mujer sola que lo ha encargado para ella, la Ley prohíbe bajo graves sanciones que le sea revelada al niño producido en el laboratorio la identidad de su padre. Con estos dos pasos, la producción de niños va asociada ya al quebrantamiento lacerante de las relaciones familiares de paternidad/maternidad, de filiación y de fraternidad. Se producen niños a los que se conculcan sus derechos de filiación y de fraternidad. ¿Qué falta para que se dé un paso más y se llegue a producir niños clónicos, es decir, sin padre ni madre? La Ley que se prepara en las Cortes apunta ya hacia lo que falta. Es cierto que, como Ley de Reproducción, no contempla la posibilidad de que lleguen a nacer niños clónicos, es decir, la llamada clonación reproductiva, pues la prohíbe expresamente. Pero, a diferencia de la Ley de 1988, no prohíbe la clonación «en cualquiera de sus variantes», sino tan sólo la mencionada clonación con fines reproductivos. Con lo cual, es claro que permite otras «variantes» de clonación, en concreto, la llamada «clonación terapéutica». Es lo que falta: ir acostumbrándose a que hay clonaciones de humanos que supuestamente son buenas. ¿Y qué cosa mejor que lo terapéutico, lo que cura? Será la anunciada Ley de Investigación Biomédica la que, al parecer, permitirá expresamente la clonación terapéutica y entonces, quiérase o no, se habrá dado el tercer paso y se habrá abierto la puerta también a la clonación reproductiva. Porque la clonación llamada terapéutica, que esta Ley de Reproducción admite implícitamente, es ya una clonación de seres humanos. «Se trata, en efecto, de producir seres humanos clónicos a los que, además, no se les dejará nacer, sino que se les quitará la vida utilizándolos como material de ensayo científico a la búsqueda de posibles terapias futuras»[6]. Es decir, que la injusticia de la llamada «clonación terapéutica» es doble: primero producir embriones clónicos y luego utilizarlos como material para investigaciones biomédicas. Quienes justifican la eliminación de embriones normales obtenidos por fecundación in vitro no tendrían por qué hacer un especial esfuerzo para justificar la investigación con embriones clónicos. Sin embargo, se preocupan de buscar un lenguaje que haga de esa práctica algo más aceptable por dos motivos. Primero, para tratar de hacer ver que es una práctica que no tendría nada que ver con la clonación, porque ésta es todavía una palabra «sucia», es decir, no de recibo para grandes mayorías. Y, segundo, para distanciarla de la polémica persistente en torno a la dignidad del embrión humano. Con la primera finalidad se trata de sustituir el término «clonación terapéutica» por el de «transferencia nuclear». Con la segunda finalidad se sustituye la expresión «embrión clónico» por otras, como «nuclóvulo», «clonote» u «ovocito activado». En el lenguaje se juega siempre la primera batalla. Se dice que cuando el óvulo no ha sido fecundado por una célula germinal masculina, o espermatozoide, sino «activado» por la transferencia del núcleo de una célula somática cualquiera, el resultado no sería propiamente un embrión, sino otra cosa, a la que se le dan nombres como los citados. Pero ¿es que de los óvulos fecundados de esta manera -ciertamente extraña- no nacerían seres humanos clónicos? ¿Por qué, si no, se prohíbe la clonación reproductiva? ¿No es justamente para evitar el nacimiento de tales clones? Los capaces de iniciar el proceso que concluye en el nacimiento de seres humanos clónicos son, cualquiera que sea el nombre que se les dé, embriones humanos clónicos. Por tanto, no cabe duda de que la nueva Ley de Reproducción abre la puerta a la producción de seres humanos clónicos. Conclusión Ciertamente, aun en medio de todos los logros técnicos, el comienzo de la vida humana sigue y seguirá ligado a las relaciones sexuales entre el varón y la mujer, que al unirse en el abrazo conyugal perfeccionan su unión de vida y amor y, al mismo tiempo, generan a los hijos, que reciben como regalo del Cielo. La procreación implica, por tanto, las relaciones justas entre los esposos en la práctica ordenada de la sexualidad, es decir, de la castidad conyugal, por la que el impulso erótico queda asumido e integrado en el amor verdadero. Pero la procreación implica, al mismo tiempo, la práctica ordenada de las relaciones justas entre las generaciones, es decir, de la virtud de la piedad, que regula las relaciones adecuadas entre padres e hijos. La piedad paterno/materna promueve y cultiva los derechos de los hijos y no tolera su conculcación. Ante todo, el derecho fundamental a la vida; pero también, el derecho a nacer de padres conocidos y a poder cultivar con ellos y con los hermanos la vida de familia. Son estos deberes de piedad y de justicia los que están primariamente en juego en la procreación y los que se quiebran en la producción de niños. La Iglesia, al denunciar como ilícitas las prácticas de la reproducción artificial y los graves abusos contra la vida y los derechos de los hijos que van aparejados a ellas, desea promover ante todo la piedad y la justicia entre las generaciones. Si insiste en estas enseñanzas, aun a costa de cierta impopularidad, y si condena con especial severidad las prácticas abortivas, es porque no puede desistir del grave deber de defender los derechos de cada persona allí donde ésta se encuentra más débil y menos capaz de defenderse por sí misma, en particular, el derecho a vivir. Los no nacidos no son capaces de organizarse para defender sus derechos, ni de reclamarlos ante los tribunales, ni de votar contra los partidos que promueven leyes que los conculcan. Pero una sociedad que no es justa con ellos, no puede ser una sociedad solidaria y con futuro. La llamada sociedad del bienestar no es realmente solidaria con los pueblos más pobres de la tierra porque ha dejado de serlo primero con sus propios hijos. Es una sociedad éticamente enferma, que porta en ella misma los gérmenes de su destrucción. Sin embargo, ellos, los no nacidos, son objeto del designio amoroso de Dios. Por eso, en último término, son personas con un valor cuasi absoluto: «Antes de formarte en el seno materno, te conocía y antes de que salieras a la luz, te había consagrado» (Jer 1, 5). La Iglesia anunciará sin descanso el Evangelio de la vida, la buena noticia de que la vida de cada ser humano es sagrada y tiene futuro, porque Dios no se olvida de ninguna de sus criaturas. La piedad, la justicia y el amor a la vida humana son posibles.

[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. «Donum vitae», 2, 5.
[2] LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, «La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad», (27 de abril de 2001), nº 109.
[3] Juan Pablo II, Carta Encíclica «Evangelium vitae», 60. Cf. 57. Benedicto XVI, en su reciente Discurso al Congreso Internacional «Sobre el embrión humano en su fase preimplantatoria», organizado en Roma la última semana de febrero de 2006 por la Pontificia Academia para la Vida, declaraba expresamente que la obligación de tutelar la vida humana inocente enseñada por la Evangelium vitae, se refiere también «al inicio de la vida de un embrión, incluso antes de ser implantado en el seno materno» (27 de febrero de 2006).
[4] Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, «Por una ciencia al servicio de la vida humana», (25 de mayo de 2004), nº 3.1. [5] La embrióloga Anne McLaren fue quien acuñó el término «preembrión». Más tarde explicó las razones, ajenas a la ciencia, por las que el Comité Warnock lo introdujo en su informe: cf. A. McLaren, «Prelude to Embryogenesis», en: The Ciba Foundation (Ed.), «Human Embrio Research: yes or no»?, Londres 1986, 5-23.
[6] Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, «Ante la licencia legal para clonar seres humanos y la negación de protección a la vida humana incipiente» (9 de febrero de 2006).